En la comunidad LGBT, o en la vida en general, pasa que nos queremos enamorar del príncipe azul; que tenga el mejor cuerpo, el auto más caro, la ropa de marca, dinero para viajar y por supuesto que sea bello y escultural. Se nos olvida que eso solo pasa en las telenovelas. Además, todo es efímero, todas esas cualidades en algún momento se acaban. El dinero va y viene, la belleza solo es momentánea y tanta cosa superficial deja de ser importante con el paso de los años.
Esta no es una carta de amor. ¿Dónde quedaron los sentimientos? Quién piensa en tener a alguien a su lado para compartir sus sueños, comer juntos, vivir en pareja, hacer cosas en común, tener deseos, progresar, viajar, etc. ¿Qué hay de ser honestos? Que el trato sea cordial, sincero, amoroso, tolerante, compartido y que exista el muy buen sexo.
El entendimiento es esencial, que los dos estén dispuestos a cambiar esa parte de soledad y comenzar a pensar en dos y no cada uno por su lado, porque entonces la liga se estira y se estira, hasta que se revienta. En algunas cosas hay que ceder, es muy importante hacer un recuento de los deseos, de los anhelos, de las cosas cotidianas pero valiosas en el día a día, que la otra persona te aporte algo –no estoy refiriéndome necesariamente a la economía– ese algo tiene que ver mucho con cultura, desarrollo, aprendizaje, mejoramiento, porque si no entonces tarde que temprano las diferencias salen y se enfría todo.
El apoyo moral es muy importante, por ejemplo, si tu pareja va a correr un maratón y tú no, se trata de decirle: “¡Sí vamos! Yo te ayudo”. Y está en la porra, va a verte y te espera cuando terminas los kilómetros que corriste. Mucha coherencia gente, eso es lo que necesitamos en estos momentos de la vida, necesitamos dejar de lado tanta cosa tan superficial y material.
Tenemos que ser más humanos, sorprendernos de cosas bellas, de pequeños detalles y claro amarnos todos los días. Esta no es una carta de amor, es una reflexión más sobre mi percepción de la vida, espero sus comentarios y les agradezco que me sigan.
