La noche del sábado 29 de noviembre, el Teatro Estudio Cavaret se convirtió en un santuario del glam, la electrónica y la nostalgia. Fangoria, el icónico dúo español conformado por Alaska y Nacho Canut, eligió Guadalajara para cerrar su gira “Del Tingo al Tango”, y el público tapatío respondió entregado, vibrante y disfrazado para la ocasión.
La banda venía de Ciudad de México, pues un día antes se presentó en el Palacio de los Deportes donde estuvo compartiendo escenario con Zemmoa y María Daniela y su Sonido Lasser, entre otros.
Minutos después de las 21:00 horas el escenario comenzó a latir. Un público diverso, que mezclaba estéticas punk, glam y looks inspirados en la misma Alaska —entre ellos la reconocida drag queen y transformista Cristian Peralta, caracterizada como la cantante— ya había tomado el control del espacio desde mucho antes. Era evidente que la ciudad ansiaba este reencuentro.
“Ya los extrañaba”, dijo Alaska con una melena alborotada —mitad rubia, mitad negro azabache— y un body rosa con destellos. Recordó que habían pasado muchos años desde su última visita y agradeció a Ocesa por hacer posible este retorno: “Gracias por traernos de vuelta a Guadalajara”.
Un repertorio que viajó por décadas enteras
Fangoria diseñó un concierto que funcionó como cápsula del tiempo: un repaso por su pasado como Alaska y Dinarama, sus éxitos de los 2000 y la reinvención electrónica que los sigue distinguiendo. Así, el público cantó con fuerza “Perlas Ensangrentadas” y “Cómo pudiste hacerme esto a mí”, mientras la recta final se encendió con una tríada infalible: “Ni tú ni nadie”, “A quién le importa” y “El rey del Glam”.
Pero antes de llegar al desenlace, también desfilaron himnos contemporáneos como “Dramas y comedias”, “Retorciendo palabras”, “Espectacular”, “Absolutamente” y la hipnótica “La pequeña edad de hielo”, que reforzaron la identidad sonora que Nacho Canut ha pulido con meticulosa precisión durante décadas. Nacho, fiel a su estilo, permaneció concentrado, sólido e inamovible, guiando desde los sintetizadores ese viaje sonoro que electrizaba al recinto.
Tres looks, una diva y un saxofón que incendió la pista
Alaska cambió de atuendo en dos ocasiones más: primero un espectacular traje dorado y después un look negro con detalles de estrellas, ambos acompañados por su interpretación teatral y magnética.
La noche también tuvo un brillo especial con la aparición de la saxofonista Tavi Gallart, cuya intervención envolvió al público en un ambiente retro-futurista que dialogó perfectamente con la estética del show.
Un cuerpo de baile inolvidable
El espectáculo visual fue un punto culminante. El cuerpo de baile de Fangoria desbordó chispa, sensualidad y voguing, en constante interacción con Alaska. Entre ellos, destacaron los gemelos Peiteado Twins, Adán y Lois, quienes —con una energía incendiaria— se robaron el corazón de más de uno en el Cavaret.
Despedida con emoción y promesa de regreso
Hacia el final del concierto, Alaska se mostró conmovida: Guadalajara no solo cerraba una gira, también cerraba su año. “Es el último concierto del año”, expresó con un dejo de nostalgia y alegría por lo que viene.
Antes de despedirse, Alaska recordó que el futuro de Fangoria ya está en marcha esperando reencontrarse de nuevo con el público tapatío. En una charla previa con Rosa Distrito, adelantó que el dúo trabaja en su próximo material discográfico.
