En el universo de las comedias románticas mexicanas, pocas veces nos topamos con una propuesta que se atreva a tocar temas complejos con ternura, respeto y autenticidad. “Loco por ella”, dirigida por Rodrigo Nava y con guion de Dariela Pérez Hernández, es precisamente eso: una película que se disfraza de romance juvenil para hablar, con sensibilidad y sin condescendencia, sobre la salud mental.
La historia sigue a “Álvaro” (Diego Klein), un joven que ha construido su vida bajo el mantra de que “si quieres, puedes” y que todo es cuestión de actitud. Pero cuando conoce a “Carla” (Minnie West), una chica con trastorno bipolar que lo desarma emocionalmente en una sola noche, “Álvaro” se da cuenta de que hay batallas internas que no se resuelven con frases motivacionales.
Decidido a reencontrarse con ella, se interna en un centro psiquiátrico donde “Carla” está internada, convencido de que su presencia ahí es un error. Sin embargo, lo que descubre en ese lugar va mucho más allá de su objetivo romántico: encuentra un espejo incómodo sobre sus propias creencias, y también un grupo de personas extraordinarias —interpretadas por un elenco entrañable donde brillan Cassandra Sánchez Navarro, Jesús Zavala, Luz Aldán, Herly RG, Cecilia Toussaint, Azalia Ortiz y Daniel Haddad— que lo ayudan a mirar la vida desde otra perspectiva.
“Loco por ella” acierta al mostrar los matices de vivir con una condición mental sin recurrir al estigma o al drama excesivo. La cinta encuentra su equilibrio entre el humor, la emoción y la crítica social, sin traicionar nunca el respeto por las experiencias que retrata. Es una historia sobre cómo el amor verdadero no se trata de rescatar al otro, sino de aprender a acompañarlo.
Diego Klein, el actor de moda, se consolida como un talento en ascenso al elegir con inteligencia los proyectos que construyen su carrera. Aquí, demuestra carisma, rango y sensibilidad. Por su parte, Minnie West ofrece una interpretación vulnerable y poderosa, recordándonos que las emociones no siempre caben en cajas bien ordenadas.
La dirección de arte, la música y el ritmo narrativo acompañan con fluidez una historia que, aunque en apariencia ligera, tiene alma y propósito. En tiempos donde lo fácil es quedarse en la superficie, “Loco por ella” nos invita a mirar más profundo, a derribar prejuicios, y a entender que amar también es aceptar lo que no podemos controlar.
Una propuesta cálida, divertida y que deja huella. Porque a veces, echarle ganas no basta… pero escuchar, empatizar y amar con conciencia, sí.
