La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) 2025 recibirá este lunes 1 de diciembre la presentación de “La bruma y el detective” (editorial Malpaso), la nueva novela de Mauricio Montiel Figueiras. El encuentro se realizará de 17:00 a 17:50 horas en el Salón A del Área Internacional de Expo Guadalajara, con la participación de Enrique Blanc y Antonio Urrutia como presentadores.
La obra, inspirada libremente en “Vértigo” de Alfred Hitchcock y en las obsesiones literarias de Roberto Bolaño, Jorge Luis Borges y Franz Kafka, propone un juego narrativo donde el thriller se funde con la metafísica. El autor construye un relato atravesado por el duelo, la memoria, el deseo y una profunda reflexión sobre la conciencia, apoyado en referencias filosóficas como Sri Aurobindo, Roger Penrose y David Chalmers.
Montiel explica que su relación con la literatura policiaca se remonta a su infancia. “Yo soy lector de novela policiaca desde los 9 años, o sea que ya llovió. Mis primeras lecturas serias fueron de novela policiaca”, comenta. Aunque en libros previos ya había explorado huellas del género, reconoce que “La bruma y el detective” es su primer acercamiento frontal a sus códigos, aunque desde una perspectiva diferente: “Me gusta el género policiaco clásico, pero me gusta más la idea del género policiaco que se desvía… que no necesariamente regresa al orden que está alterado”.
Esa intención se refleja en la estructura de la novela, dividida en dos partes que el autor visualiza como una sola unidad: “Es un libro que está dividido en dos secciones… pero yo las considero una unidad, como si fueran una mariposa: el ala A, que es ‘entre la bruma’, y el ala B, que es ‘el detective’”.
El protagonista, un detective anónimo marcado por el alcohol y por un duelo interior, se ve arrastrado hacia un territorio emocional y espiritual que trasciende las convenciones del noir. Montiel afirma que el género policiaco siempre ha dialogado con la condición humana: “Todos los detectives salen tocados… alguien que se enfrenta con un crimen no puede salir indemne de ese trato con la parte oscura del ser humano”.
En su novela, ese “lado oscuro” se encarna en M, una mujer de origen asiático cuya desaparición sirve como detonante para el viaje del protagonista hacia los pliegues más turbios de la memoria. El autor explica que su detective “cae redondito en un agujero negro apasionado por una mujer china… no puede resistir ese impulso autodestructivo”.
Sobre los elementos del género que decidió subvertir, Montiel señala que evita lo “edulcorado” y las soluciones cerradas: “No me gusta lo excesivamente edulcorado… en este libro no quise ofrecer una solución clásica y directa al misterio”. Prefirió, en cambio, invitar al lector a involucrarse directamente en la investigación, completando vacíos y resolviendo sus propias interpretaciones.
Respecto al proceso creativo, reconoce que la escritura es más un desgaste que un disfrute: “Escribir es horrible… para escribir lo único que tienes que hacer, dicen por ahí, abrirte las venas y dejarte sangrar”. Aun así, disfruta la etapa final del armado, cuando el texto ya tiene estructura: “Ahí sí viene lo más gozoso: jugar con elementos, mover piezas como si fueran un LEGO o un mecano”.
El autor explica que esta novela salda varias obsesiones personales: “Es una deuda con el género policiaco, con Vértigo de Hitchcock —mi película favorita— y con mi madre, que me enrutó en la literatura policiaca”. Aunque algunos lectores han preguntado si continuará la historia del detective, Montiel descarta la idea de iniciar una saga: “Me aburro fácilmente con lo que yo mismo escribo… me gusta estar cambiando de género”.
Tras la presentación en la FIL, la promoción del libro continuará hasta inicios de enero, antes de que el autor emprenda un viaje al extranjero. Para quienes deseen conversar con él sobre la novela, señala que mantiene actividad moderada en Instagram.
