“Judas y el mesías negro”, la lucha continúa

Cintas basas en hechos de la vida real como “Judas y el mesías negro”, nos recuerdan que a pesar de los avances que tenemos sobre respeto e inclusión, la lucha continúa y persiste, que no somos tan distintos de quienes nos antecedieron y que los que lucharon por nosotros, debemos honrarlos exigiendo justicia con respecto a nuestros derechos humanos.

Con esta reflexión me quedo al ver esta película dirigida por Shaka King, quien tiene su debut como director de largometrajes de estudio. Además, hay que resaltar que la fotografía de la cinta es bellísima, con una atmósfera poderosa y revolucionaria, además la musicalización es muy emotiva. Los valores de producción son muy buenos.

La cinta, que está nominada a seis premios Oscar en las categorías de mejor película, mejor actor de reparto para Daniel Kaluuya y para Lakeith Stanfield, además de cinematografía, guion y canción original, desarrolla la historia de Fred Hampton (Daniel Kaluuya) tenía 21 años cuando el FBI —con la ayuda de William O’Neal (Lakeith Stanfield), un criminal menor— lo asesinó. Sin embargo, el legado de Fred Hampton quedó intacto y 50 años después sus palabras aún resuenan más fuerte que nunca: ¡Soy un revolucionario!

En 1968, Fred Hampton —un apasionado activista— se convirtió en el presidente del partido Pantera Negra en Illinois. Su lucha exigía la libertad, el poder para determinar el destino de la comunidad, el fin de la brutalidad policial y detener la masacre de afroamericanos.

El presidente Hampton inspiraba a toda una generación a sublevarse contra la opresión, acto que lo puso directamente en la mira del gobierno norteamericano, el FBI y la policía de Chicago. Ellos debían terminar con esa revolución desde el interior. Mientras William O’Neal estaba preso, el FBI le ofreció un trato: si trabajaba como su infiltrado en el partido Pantera Negra y les proporcionaba información sobre Hampton, él quedaría libre. O’Neal aceptó el trato.

Ya como un militante activo del partido, William vivió permanentemente con el temor de ser descubierto, aún cuando su ascenso en las filas del partido continuaba. Y a pesar de sentirse atraído por el poderoso mensaje de Hampton, O’Neal no pudo escapar de la mortífera trayectoria de su traición final.

Aunque su vida fue interrumpida, el impacto de Fred Hampton resuena en nuestros días. El gobierno vio al partido Pantera Negra como una amenaza al status quo, y vendió esa mentira entre una comunidad asustada que enfrentaba un momento de malestar social creciente. Pero esa percepción sembrada de los Panteras Negras era falsa. En las ciudades del centro de Estados Unidos, ellos regalaban desayunos a los niños, proveían asistencia legal y clínicas médicas; también hicieron investigación sobre la anemia falciforme y daban educación sobre política.

Fue el presidente Fred quien, al reconocer el poder de la unidad multicultural por una causa común, creó en Chicago la Coalición del Arco Iris que unió fuerzas con otros pueblos oprimidos en la ciudad para luchar por la equidad social y el empoderamiento político.

mm
Kike Esparza

Soy un periodista apasionado del cine, la música y la moda. Tengo una obsesión por contar las horas y estornudar una y otra vez cuando tengo que tomar una decisión. Quiero ser como Carrie Bradshaw.

RosaDistrito

En este blog Kike Esparza habla desde su experiencia, 12 años en el periodismo le han permitido adentrarse y disfrutar de tópicos como el cine, la música, la moda y la diversidad. Rosa Distrito es el espacio que disfrutamos todos.

Encuéntranos en redes sociales.