Sí, “La casa de las flores” de Manolo Caro es un melodrama, y no, no lo menciono con desdén, por el contrario, es una deliciosa novela que eleva el significado de los culebrones, esos que han formado nuestra educación sentimental al menos en América Latina. Los 13 episodios de media hora que componen la primera temporada son por demás divertidos, álgidos, ácidos y muy coloridos.
Esta serie de Netfix marca el regreso a la pantalla chica –ahora digital– de la enorme VERÓNICA CASTRO– de quien estoy locamente enamorado desde que tengo memoria, y sé que más de alguno de ustedes también la idolatran tanto como yo. Nadie mejor que La Vero para resignificar los melodramas, siendo ella eje central de los que se hicieron en México entre los 70 y los 90, ahora es punta de lanza junto con el tapatío Manolo Caro para ofrecer una versión mejorada de las historias que deben contarse hoy en televisión.
A Vero la vimos como la cándida y arrebatada heroína de los cuentos de hadas del México de contrastes, pero en “La casa de las flores” es “Virginia De la Mora”, una mujer a la que le importa el qué dirán, la que vive con una serie de prejuicios de cualquier índole, pero que justo todo eso que no le gusta y a lo que le saca la vuelta, lo verá reflejado en sus hijos, “Paulina” (Cecilia Suárez), “Elena” (Aislinn Derbez) y “Julián” (Darío Yazbek). Entonces, no le quedará de otra más que aprender que la vida es así, variopinta, de colores y mejor relajarse con un churrito de mota para encontrarle solución a los problemas.
Pero si la intérprete de “Macumba” está excelsa, el mejor personaje de la historia es “Paulina”, interpretada por Cecilia Suárez, quien se ha convertido en musa de Manolo Caro desde hace varios filmes atrás. Cecilia es de las pocas actrices en México llena de matices que justo les da vida propia a los roles que le toca interpretar, ninguno se repite a sí mismo y aquí no es la excepción, “Paulina” es controladora, quiere resolverle la vida a todos, tiene una rivalidad interesante con su madre, pero lo mejor de todo su rompecabezas es su tono de voz, de mí se acuerdan si no creen que es una de sus esenciales cualidades para robarnos el corazón.
Por otro lado es un muy grato descubrimiento Darío Yazbek, es la primera vez que lo veo en un proyecto de actuación y la comedia se le da con mucha naturalidad, la torpeza con la que su personaje busca su lugar en este mundo es de lo más sexy y la pareja que hace con Juan Pablo Medina elevará la temperatura, me gusta mucho la química que se gesta entre los dos, pero particularmente no sé si Juan Pablo está del todo cómodo con su personaje, habría que decirle que si ya está teniendo pasión –en escena– pues que se entregue sin reservas, el público gay se lo agradeceremos con creces.
Tampoco había sido testigo del trabajo histriónico de Paco León, y créanme que si es tan sexy de chico, de chica lo es aún más. Había surgido una controversia en España del porqué le daban a él este personaje de chica trans y no a una actriz trans, pero vean la serie para que entiendan el contexto del porqué él hace el rol, gran acierto traerlo a este melodrama, eso sí, no les cuento la conexión que tiene en la historia para que se interesen aún más en ella.
Manolo Caro se ha convertido en una voz interesante en el cine y el teatro y ahora lo será en la televisión digital, su visión que tiene del mundo, el humor negro y el drama, es muy rica y muy vívida, tiene mucho de él este proyecto, desde los tonos y el lenguaje. “La casa de las flores” es una fotografía de las familias latinas, de la diversidad sexual, porque Manolo la retrata con tal naturalidad que se ve cómo tiene que ser, de lo más normal, pero eso sí, con mucho glamour de por medio. Vean la serie y me cuentan su opinión.
¿De qué va “La casa de las flores”?
Comedia negra sobre una florería familiar, en apariencia idílica y exitosa, llena de secretos disfuncionales. Un día, el patriarca descubre que su amante de larga data ha fallecido repentinamente y decide llevar a los hijos que habían tenido juntos a vivir con su actual mujer e hijos, que no tenían idea de que existían. La serie explora la necesidad de proteger y perdonar a los seres queridos, más allá de toda incomodidad.
Fotografías tomadas de Netflix.