El pasado martes 19 de noviembre, en el marco de la Feria Industrial Jalisco, la Cámara de la Industria Joyera del Estado realizó una pasarela en Desfilia, donde los asistentes pudieron apreciar distintas piezas que rinden tributo a la entidad a propósito de sus edificaciones y monumentos. En ese sentido, la indumentaria de la firma Bernarda, cuya dirección creativa es de Paola Hinojos, fueron el lienzo perfecto para que estas joyas se vieran espectaculares.
Previamente a este evento, Rosa Distrito tuvo la oportunidad de dialogar con Paola, quien ofreció una charla en el restaurante Octo (Miguel Lerdo de Tejada 2420, LaFayette) como preámbulo a este desfile. “Es un orgullo que la Cámara de Joyería de Jalisco haya pensado en mí. Tiene 50 años, así que tiene todo el prestigio para haber invitado al diseñador que quiera. En este caso invitaron a Bernarda, primero porque acababa de regresar de París y fue muy explícita la petición al pedir esta colección. Además, en segundo lugar, la marca traspasa a sus integrantes, pues se ha tenido un fuerte vínculo con la gente de la ciudad, con Intermoda, con los desfiles y se ha hecho un buen networking. También soy comprometida, respetuosa, llego a tiempo. Es decir, la marca cumple con estar y dar un show de calidad. Es un honor usar estas joyas de museo”.
Paola fue parte de la coordinación para que el desfile luciera al máximo con las joyas y la indumentaria de su colección. Sobre los materiales de la misma, resaltan el cuero, el encaje, el tul, denim, algodón y casimir. “Es una colección bastante minimalista en colores, pero sí tenemos más texturas”. En cuanto al concepto creativo, la inspiración fue la salud mental. “La colección comienza con un desfile de depresión, las prendas tienen diferentes nudos, además tenemos bipolaridad donde estamos trabajando denim con casimir y estamos trabajando el tema office con vaquero, el cual es muy sutil, casi imperceptible”.
Parte del detonante de esta idea creativa es que la mamá de Paola tiene esquizofrenia. “Esta colección es un homenaje para mi mamá y a sus muchos años de costura. Yo nací y crecí en una boutique de vestidos de novia y toda la vida he cocido y he hecho esto. Entonces, este es un reconocimiento a la vida de mi mamá, a su trayectoria y a su arte”.
Es interesante cómo los diseñadores como Paola toman responsabilidad social a través del arte para comunicar en su indumentaria mensajes importantes, en este caso la salud mental, de la que cada vez más se hace eco y concientización. “Está siendo un mensaje bien poderoso, para mí tocar el tema ha sido una catarsis; hacer públicamente la enfermedad de mi mamá ha sido sanador”.
Paola, en su colección anterior reconoce la labor de las tarahumaras, “las amo, son mis heroínas máximas. Y antes de ésta, estuvo Paquimé que es un centro ceremonial al norte del país, es un lugar arqueológico del pueblo de donde yo vengo. Entonces, para mí siempre es importante hablar de lo que soy, de dónde vengo y de lo que sé”. Lo más próximo para Paola es el desarrollo de vestidos de novia, un reto que había querido afrontar desde hace tiempo y que ahora abraza con mucho orgullo.