Durante las últimas semanas la cantautora y activista Lila Downs ha vivido un remolino de emociones tras la pérdida de su esposo Paul Cohen, su fiel compañero que estuvo hasta el último momento apoyándola y queriéndola. Para muestra su reciente disco grabado en vivo, “Desde Bellas Artes México”, donde la estrella hace un repaso por algunas de sus canciones más emblemáticas y también presenta canciones inéditas como “Espina”, así también integra dos colaboraciones, una con Natalia Lafourcade con “La Martiniana” y la otra con el tenor Javier Camarena con “Cucurrucucú Paloma”.
“Fue una experiencia única en la vida, prepararme para esto me causó mucho nervio”, explica la cantante en entrevista, quien recuerda que esta presentación se hizo poco después de la pandemia. “Fue cantar un montón, hacer un poco de ópera, que técnicamente ya no la practico tanto, pero es algo que fue mi raíz porque yo empecé estudiando en Bellas Artes en Oaxaca. Pero luego me desencanté con la ópera y decidí hacer mi propio canto y hacer mis canciones. Entonces, llegar a Bellas Artes así fue un poco diferente”.
Además, reitera que para este proyecto también trató de buscar un repertorio que representara sus inquietudes y su identidad, como la búsqueda de la migración y la falta de justicia a las mujeres. Musicalmente incluyó un cuarteto de cuerdas, una banda de Morelos, un coro de niños como proyecto alterno a la educación, y por supuesto el mariachi, además de su grupo La Misteriosa.
Sobre su canción “Espina”, recuerda que habla del amor y el amaranto, un cereal que la apasiona, porque dice que en su historia, fue un alimento que se reprimió en los tiempos coloniales de México. “Pero ahora es de los granos más importantes que tenemos en nuestro país para la salud. Pero este tema también habla de la tristeza que yo he llevado con mi marido… que se me muere, que no se muere, y finalmente vino ‘La Pelona’ terrible y se lo llevó. Y pues es un poco así la música para los que componemos, tiene que ir un poquito de nuestro corazón ahí”.
Confiesa que el llegar a Bellas Artes también ha sido gracias al apoyo de músicos, productores, bailarines, y mujeres que crean y tocan música. “Yo soy la que está al centro, pero no puedo ser la que soy sin toda esta producción, y eso fue muy emocionante”. Este espectáculo en Bellas Artes representa algo muy especial para Lila, no solo porque se hizo en este inmueble que es patrimonio de la nación, además, porque fue el último concierto grabado con su esposo.
“Él fue el productor de esta presentación y creo que estábamos en paz de cierta manera, musicalmente hablando y también emocionalmente. Él y yo tuvimos una vida de altas y bajas, como todas las parejas, y más trabajando juntos. El día que él falleció fue un día muy ocupado, él tocó su saxofón como tres horas, ensayando para un concierto que daría al día siguiente. Tuvo muchas actividades, así que fue muy feliz, yo estoy satisfecha que así fue el final, claro, no estoy contenta que se fue porque hubiera querido más años (con él), pero en ese sentido esta grabación es un gran recuerdo para mi alma”.
Si quieres enterarte de la charla completa con Lila, mira a continuación nuestra cápsula con ella:
