El próximo sábado 22 de abril a las 20:00 horas en el Teatro Degollado, se desarrollará la puesta en escena “Olvida Todo”, la cual protagoniza la actriz tapatía Ana Ligia García, quien interpreta a la novelista mexicana Elena Garro. El guion es de Ximena Escalante y la dirección de Mariana Hartasánchez. La entrada para ver el montaje es gratuita, regístrate aquí.
En entrevista para Rosa Distrito, comparte Ana Ligia que la invitación surgió por parte de Cultura Jalisco hacía la Compañía Nacional de Teatro (CNT), de la cual ella salió ella el año pasado. “Entonces, digamos que el proyecto con el que terminé fue ‘Olvida Todo’ y me despedí. Pero fue muy sorpresivo que me llamaran para decirme que la Secretaría de Cultura de Jalisco estaba interesada en llevar al Teatro Degollado tres montajes, que son ‘Conferencia Sobre la Lluvia’, ‘¡Violencia!’ y ‘Olvida Todo’, obras con un nivel de profesionalismo a los que está acostumbrada la CNT y también Cultura Jalisco”.
La trama sobre Elena Garro gira en torno a la noche que cambió su vida en el contexto del Movimiento del 68. “Se vuelve una nómada y empieza a huir de un país a otro. Y el azar, al igual que a Elena, me lleva a mí a volver a presentar la obra. Justo cuando la estábamos ensayando, nunca pensé que yo pudiera interpretar a Elena, es el tipo de personajes que uno ve lejanos, que es como difícil que una dramaturga o dramaturgo se interese en escribir algo”.
Ana Ligia comparte que el destino jugó a su favor para interpretar a La Garro, por ejemplo, ella estudió en el Centro de Educación Artística CEDART en los años 90, donde conoció a importantes profesores que estaban involucrados en hablar sobre lo que había pasado en el Movimiento del 68. “Entonces, las maestras y los maestros nos involucraron mucho en eso, así que a Elena la conocí desde que estaba en la preparatoria donde tuve la fortuna de conocer algunos de sus textos y leer algunas de sus novelas”.
Recuerda que después de 20 años de exilio, cuando Elena decide volver, el gobierno de Jalisco le hace una invitación y Guadalajara fue la primera ciudad que pisó después de tanto tiempo, “mi mamá fue el día que Elena dio la primera entrevista en México después de tantos años de estar fuera. Mi mamá dice que era una señora que tenía un hablar muy interesante y muy pulido, de un humor sarcástico, pero también muy fino, pero que siempre estaba fumando”.
En cuanto a cómo fue abordar a Elena, señala que el mayor reto al que se enfrentó ocurrió después del estreno, “porque nos encontramos con muchas personas que la conocieron”, donde hubo muchos comentarios sobre cómo era la manera de hablar o de ser del personaje, así que entre la dramaturga, la directora; la actriz Luisa Huertas, quien también participa en el montaje; Aurora Cano, directora de la CNT y la propia Ana Ligia, decidieron elegir los elementos más importantes de la historia del personaje para hacer su propia versión.
“Hubo opiniones encontradas, pero ha sido un montaje que las ha despertado, sobre todo porque también Elena fue una mujer controvertida, desde antes de que pasara lo del 2 de octubre”, como su relación con Octavio Paz, “o que justo por ser mujer no era reconocida, y yo digo que ella es un genio. Y este tipo de montajes sirven para que las y los jóvenes de ahora se acerquen a Elena Garro, quien es maravillosa, digamos que apenas se está dando a conocer después de tanto tiempo que estuvo vetada por lo que pasó en el 68”. Finaliza al decir Ana Ligia que ha sido una gran fortuna poder interpretar a este personaje.
¿De qué va la obra?
La noche del 29 de septiembre de 1968, Elena Garro es secuestrada unas horas por Sócrates, líder del movimiento estudiantil. De regreso, Elena se refugia en la pensión de una amiga en el centro. Ahí y a lo largo de esa noche hasta el amanecer, Elena es ayudada por los residentes de la decadente pensión a cambiar de aspecto para poder huir del país. En esas tormentosas horas, Elena fabrica el declive de su exitosa carrera literaria adentrándose en los túneles de un complot político donde es perseguida tanto por el movimiento rebelde como por el gobierno, que la acusan de espía. Así, mientras el ejército y la policía la esperan detrás de la puerta de la pensión, una Elena fantasmagórica autoficciona su nuevo personaje, perdida entre el tiempo de sus relatos y una ciudad que le da la espalda.
