Esto es un poco de la historia de Faviola, quien vive en la colonia Villas Terranova en el municipio de Tlajomulco de Zúniga. Una fachada rosa que tiene escritas las palabras “Faviola DJ” da la bienvenida a su casa, y al cruzar la puerta lo primero que se observa es un equipo de sonido que le da sentido al título de “DJ”.
Se oyen los aullidos de dos gatos pero no se ven a simple vista, es porque son dos miniaturas que no cumplen ni siquiera el mes de nacidos, cuando vencen la timidez se asoman, son blancos y reclaman comida.
A un lado de las bocinas hay mancuernas y pesas para ejercitar el físico, se nota que son para personas que acostumbran a poner en práctica rutinas para reforzar y definir los músculos. Al fondo, en un espacio que antes era una habitación, está un altar lleno de objetos que simbolizan las tres fuerzas de la vida de Faviola: el Águila Real, una figura del Niño Dios –a quien ama como si fuera su propio hijo, nacido de sus entrañas– y una imagen de Jesucristo en la cruz, quien para ella es el creador de todo el universo.
Ella, a simple vista es una mujer fuerte de forma física y mental, sus músculos del pecho y brazos se remarcan cada que hace un movimiento, su blusa sin mangas no deja mentir al respecto. Su lado emocional también se ha remarcado debido a las circunstancias de vida que se le pusieron en frente, una de ellas fue ser juzgada por su familia al mostrar un lado femenino y un apego a la vestimenta de su hermana –la que usaba a escondidas al principio–, después se subía a la azotea a bailar y modelar para que la gente la viera. A sus 18 años se dio cuenta que era una mujer con cuerpo de hombre.
