Me diagnosticaron diabetes e hipertensión

Uno siempre se siente ajeno ante situaciones que no vive, hasta que las vive. Fui una persona con sobrepeso desde que me convertí en adolescente, a veces bajaba unos kilos y a veces subía otros, pero siempre fui gordito. Tener ese físico me trajo muchas inseguridades, pero tampoco hice nada para cambiar mis hábitos, me conformé con mi soledad y mi timidez, las cuales fueron mi armas para pasar desapercibido.

Cuando tenía 23 años, trabajé de noche por 11 meses y eso me hizo subir más de peso, los desvelos me hacían dormir mucho y comer más. Pero en algún momento la vida cobra factura.

Viví varios años solo, con peores hábitos alimenticios, no comía nada en todo el día y por las noches me daba unos atascones hasta que me dolía el estómago. Sin embargo, en 2019 mi mamá se vino a vivir conmigo y eso me ayudó porque empecé a comer a las horas adecuadas y alimentos saludable, al grado de que mi mamá y yo dejamos de consumir carne de manera continua y eso hizo que mi cuerpo cambiara, ahora estaba en un mejor peso y me sentía bien, sin embargo, no dejé de lado los excesos como los azúcares, mi alimento favorito en todas sus presentaciones.

Mi abuela murió el 30 de julio del 2021 y mi papá el 5 de octubre del mismo año, los dos a consecuencia de la diabetes e hipertensión, no se cuidaron como debieron, además, yo estuve con ambos en su lecho de muerte y eso me marcó.

El 13 de febrero de este año cambió mi vida. Por la mañana sentí en la pierna derecha, a la altura de la nalga, un ardor que jamás había sentido, como si me cortaran y la sangre en lugar de brotar por fuera, brotara por dentro. Me aterroricé, le pregunte a “Alexa” qué significaba eso y me respondió que era la formación de un vaso de sangre. Me aterroricé más. Asustado, llamé a mi tía y me dijo que fuera al médico, salí corriendo al primer consultorio con el que di.

La doctora me tomó la presión y me dijo que estaba altísima, 220/100, cualquiera con esa presión está en un peligro inminente, lo normal es 120/80. Con mi desconocimiento me fui a trabajar así, en ese momento el síntoma de ardor desapareció, la doctora me recetó Losartán, la pastilla rosa para la hipertensión. Seguí tomándola hasta que de nuevo en la misma semana apareció el síntoma del terror y con más frecuencia, esta vez tuve que ir a urgencias. La presión de nuevo estaba alta 180/100, me inyectaron Metamizol y me dieron Losartán y Amlodipino, estuve cerca de dos horas hasta que la presión bajó a 140/90.

Fui al IMMSS días después para regularizar mi tarjetón y tuve que quedarme en urgencias porque de nuevo la presión estaba en 170/100 y me quedé tres horas más, recibí una inyección y al menos tres pastillas, solo bajo a 140/90. Mi temor más grande es que apareciera ese ardor de nuevo, pero ya no ha regresado y ojalá así siga. Lo siguiente fue ver al médico familiar, quien me recetó más pastillas y dieta estricta sin sal y sin grasa.

La incertidumbre me carcomía y me fui a hacer exámenes generales, para que los leyera la doctora que me atendió la primera vez, en lo que el médico familiar del IMSS me volviera a ver. Un mar de emociones invadieron mi cuerpo cuando la doctora revisó mis análisis hace menos de dos meses y me dijo que mis niveles de azúcar estaban altos, “esto indica diabetes”, “pero debes hacerte otros estudios de hemoglobina glicosilada” y así lo hice, al siguiente día me los realicé y se comprobó mi condición, tengo diabetes. Mis niveles de azúcar en ayunas estaban arriba de 200, lo normal son entre 80 y 120 antes de desayunar, 127 a 130 es prediabetes, y después de eso, la enfermedad ya estaba en mí.

Mi terror fue pensar que me esperaba un futuro como el de mi abuela y mi papá, me sentí condenado a muerte, que me quedaba poco tiempo, soy hipocondriaco y todo lo canalizo de una manera tan negativa que hago que mi cerebro se confunda entre lo real y lo que es producto de mi imaginación, esto me genera estrés el cual se traduce en ansiedad. Desde ese momento los ataques de pánico me invadieron, pero tomé cartas en el asunto y a la par de mis medicamentos, comencé a tomar homeopatía para lo emocional y me ha funcionado, poco a poco, las cosas han ido mejorando.

Mis doctoras me han felicitado porque en menos de dos meses logré estabilizar la presión y el azúcar, todos los días son una batalla nueva. Reviso mi presión y mi glucosa al despertar, antes de comer y antes de dormir, tener esa información me permite llevar un control de la presión y el azúcar y me ayuda a saber cuándo puedo darme un “gusto”. Me activé en el ejercicio y ahora soy más consciente de lo que entra a mi organismo. Mi cuerpo es una revolución en este momento, no estoy al 100%, pero sí estoy mucho mejor que hace dos meses.

La reflexión es que si las personas nos informáramos sobre los correctos niveles de presión y azúcar, y nos checáramos al menos cada mes, habría menos personas con esta condición como la que ahora tengo.

No es fácil recibir una noticia como ésta, sigo procesándola, pero también quiero decirles a quienes están viviendo algo similar, es que sí se puede salir adelante, yo soy experto en boicotearme, pero también tengo ganas de vivir y de sentirme bien.

Me he dado cuenta que la constancia y el tiempo te llevan a mejores lugares y hoy puedo decirles que mis niveles están regulados, lo primordial es una dieta a base de verduras y frutas, agua y ejercicio, pero también asesorarte con los médicos. Una vez que tienes esto de tu lado, te puedes dar un “gustito” de vez en vez.

Luego de dos meses me comí una dona el domingo pasado y me supo a gloria. Me dio miedo revisarme el azúcar antes de dormir, pero luego de hacerlo y ver que todo estaba bien, me permitió darme cuenta que comer de manera consciente es lo mejor. La lucha es diaria, abrazo a quienes como yo, estamos tratando de sentirnos bien.

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Kike Esparza

Soy un periodista apasionado del cine, la música y la moda. Tengo una obsesión por contar las horas y estornudar una y otra vez cuando tengo que tomar una decisión. Quiero ser como Carrie Bradshaw.

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En este blog Kike Esparza habla desde su experiencia, 12 años en el periodismo le han permitido adentrarse y disfrutar de tópicos como el cine, la música, la moda y la diversidad. Rosa Distrito es el espacio que disfrutamos todos.

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