Tengo 36 años y recién empecé mi vida sexual

En efecto, tal y como la entrada lo dice, recién comencé mi vida sexual, y ha sido toda una aventura. Empecé en esto del sexo a mis 36 años –en octubre del 2021– y la verdad ha sido todo un proceso. Cada quien es libre y soberano de expresar su intimidad como le venga en gana, pero siento la necesidad de contar mi experiencia, no de la primera vez que lo hice, sino de por qué me animé apenas a vivir esto.

La muerte de mi papá, a inicios de octubre del 2021, fue un detonante, digamos que la gota que derramó el vaso. No es que mi papá ejerciera en mí algún tipo de traba, cero, siempre le dejé claro en vida que mi forma de conducirme y de vivir mi orientación sexual no estaba a discusión, él a veces, lo entendía y me apoyaba, y otras veces era un hijo de la chingada, pero ya está perdonado por eso, lo extraño horrores y entendí que nadie sabe ser padre, lo vas aprendiendo sobre la marcha y él a su modo intentaba respetaba mis decisiones.

La vida es tan cabrona que aunque en mi infancia no estuvo muy presente, sus últimos días de vida los tuvo conmigo, yo lo despedí de este mundo y con eso me quedo. Bueno, decía que la muerte de mi papá fue un detonante para que ocurriera algo que había dejado en pausa por lo menos 18 años de mi vida si contamos que legalmente a los 18 eres dueño de ti mismo.

Mi papá murió a los 59 años, y yo que tengo 36, entendí que la vida se va en un abrir y cerrar de ojos, por lo que capté que estaba desperdiciando los mejores años de mi vida para vivir experiencias únicas, y no estoy diciendo que entre más años pasen, no vivas estas cosas, pero contando todo el tiempo perdido, era justo y necesario que yo hiciera algo sobre esto.

De adolescente, no voy a negar que tuve varias oportunidades para experimentar, pero hay monstruos en la cabeza que se llaman miedos e inseguridades y básicamente estos fueron las limitantes para que yo pudiera atreverme a dar este paso que,¡wow! Es muy rico, claro, me ha tocado vivir unas experiencias bizarras y de mal gusto, pero esa es otra historia.

Crecí educado por las telenovelas, idealicé que un hombre “guapo”, inteligente, varonil y con dinero, iba a tocar a la puerta de mi casa y me iba a pedir que me casara con él, este concepto de vida aunque es inverosímil y estaba consciente de que es muy irreal que suceda, lo convertí en una verdad. Claro que puede pasar, pero tienes la responsabilidad de salir a buscarlo, sino, ni sus luces.

Después me enfrenté a la burla de los heterosexuales, compañeros de clase que con sus comentarios me llenaron de más inseguridades, acepto mi responsabilidad por dejar que eso me afectara. Así que levanté una muralla grandísima y preferí pasar desapercibido, pero como soy muy afeminado, era casi imposible, así que decidí solo darle mi confianza a quien yo consideraba se la merecía.

El otro choque emocional al que me enfrenté es que al salir del closet, en la comunidad LGBT+, los prejuicios tienen que ver con si eres guapo, blanco, varonil, y si tienes grande y ancha la verga, porque si eres moreno, gordo y la tienes chica, ya valiste…. ¿Y qué creen? Soy moreno, soy gordo y la tengo chica. Entonces, pensé, bueno, los adonis que van al antro no se van a fijar en mí, pero sí los que son parecidos a mí. ¡Y gran decepción! Los que son parecidos a mí vamos tras lo mismo, un príncipe azul guapo, mamado… y vergón.

Después de verme en ese abismo, deconstruirme fue el siguiente paso, hablaba con un amigo que si bien coger mucho o poco es relativo a si eres guapo o feo, lo cierto es que alguien con el privilegio de la belleza tiene más oportunidades de ligar, de ser visto, de ser cortejado y de decidir cuál es la mejor opción para él, según sus prioridades. Y claro, tomo mi responsabilidad, si bien no tengo estos privilegios físicos, raciales y de estatus social que la norma hegemónica nos ha vendido, pues tengo que buscar mi felicidad, mi placer y mi satisfacción.

No quiero verme como un mártir, o como alguien que no comete errores, al contrario he cometido muchos y sigo estando en esa línea. Hablando específicamente del sexo, no de relaciones de pareja, me ha tocado rogar o pasar de largo sobre alguien que puede valer la pena, pero también esa es otra historia.

A lo que voy como reflexión final, es que siempre habrá alguien a quien sí le parezcas atractivo, tal vez la cosas después no funcionen, no haya química o simplemente no pase nada, pero siempre habrá alguien para ti, solo que para darte cuenta, necesitas de amor propio, de reconocerte –aunque suene a cliché– con tus virtudes y tus defectos, de respetar a tu cuerpo y quererlo como es, y que si no te gusta algo de él, lo cambies desde el amor, por gusto tuyo, no para agradarle a alguien más, porque eso también es relativo, y cuando eso ocurre, el quererte a ti mismo, aparece la magia, 100% comprobado.

En otra entrada podría hablar de las aventuras de estar vulnerable y desnudo frente a alguien, claro, si me retroalimentan sobre este texto que acaban de leer.

Ilustración de Niwatori.

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Kike Esparza

Soy un periodista apasionado del cine, la música y la moda. Tengo una obsesión por contar las horas y estornudar una y otra vez cuando tengo que tomar una decisión. Quiero ser como Carrie Bradshaw.

RosaDistrito

En este blog Kike Esparza habla desde su experiencia, 12 años en el periodismo le han permitido adentrarse y disfrutar de tópicos como el cine, la música, la moda y la diversidad. Rosa Distrito es el espacio que disfrutamos todos.

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