Más de una década tuvo que pasar para que el director James Cameron continuara con su saga “Avatar”, ahora con la secuela “El Camino del Agua”. En la primera parte nos adentraba en el universo de “Pandora” y cómo los humanos invadían este planeta exótico y lleno de diversidad. Ahora, en esta segunda vuelta el contexto es el valor de la familia y cómo en unión se puede salir avante.
Si bien la cinta deja algunas dudas en el aire sobre cómo regresó el gran villano de la primera parte, “Miles Quaritch” (Stephen Lang) cuando ya había muerto, o porque la científica “Grace Augustine” tuvo una hija “Na’vi”, la saga sigue siendo inmensamente bella y emotiva.
James Cameron reencuentra a la audiencia con queridos personajes de la primera entrega como “Jake Sully” (Sam Worthington) y “Neytiri” (Zoe Saldaña), e introduciendo una colección de nuevas figuras y criaturas en un mundo nunca antes visto.
En “Avatar: El Camino del Agua”, “Jake “y “Neytiri” han formado una familia y se dedican a la crianza de sus hijos hasta que, para proteger a su familia, se ven obligados a dejar su hogar. Los “Sully” viajan a través de los vastos confines de “Pandora” y llegan al territorio del clan “Metkayina”, que vive en armonía con los océanos que los rodean. Allí, los “Sully” deben aprender a navegar tanto en el peligroso mundo del agua como en la incomodidad de ganarse la aceptación de su nueva comunidad.
Recientemente, la película recibió dos nominaciones a los Golden Globes en las categorías Mejor película de drama y Mejor director por James Cameron.
Tras su estreno en los cines estadounidenses en diciembre de 2009, “Avatar” tuvo un recibimiento extraordinario por parte de la crítica y de las audiencias. La innovadora película no solo conquistó al mundo entero con una historia y unos personajes tan fascinantes como conmovedores, sino que a su vez marcó un hito en la industria cinematográfica por la expansión de los límites de la tecnología de efectos visuales a una frontera nueva.
El éxito arrollador del film llevó a Cameron a explorar más historias ambientadas en “Pandora”. En los años subsiguientes, el realizador y Jon Landau, su socio de producción de larga data, desarrollaron más de 1500 páginas de notas y pulsos dramáticos de la historia, advirtiendo en el proceso que tenían más de una historia para contar. Trabajando con un equipo único de guionistas, transformaron las notas en cuatro películas que continúan la historia de “Jake”, “Neytiri” y su nueva familia. “Avatar: El Camino del Agua” es la primera entrega de esta ambiciosa colección de films que irá desembarcando ante el mundo entero en los próximos años.
La historia de “Avatar: El Camino del Agua” comienza con “Jake” como el feliz patriarca de su familia y jefe del clan “Omatikaya”, habitando por completo su cuerpo “Na’vi”. Junto a “Neytiri”, se dedica a la crianza de sus hijos “Neteyam” (Jamie Flatters), “Lo’ak” (Britain Dalton) y “Tuk” (Trinity Jo-Li Bliss) y de su hija adoptiva adolescente, “Kiri” (Sigourney Weaver).
El clan “Omatikaya” ha llevado una vida relativamente idílica durante más de diez años hasta que una estrella que se expande en el cielo nocturno señala el regreso de invasores humanos. La “gente del cielo” –nucleada en la Administración de Desarrollo y Recursos (RDA, por sus siglas en inglés)- regresa a “Pandora” para llevar a cabo una operación minera y extraer el valioso mineral conocido como “inobtanio”, pero también para colonizarla y convertirla en un nuevo hogar para la humanidad, ya que la Tierra está al borde de convertirse en un planeta inhabitable.
Como líder del clan “Omatikaya”, “Jake” comanda con éxito a los guerreros del clan en unas incursiones contra la RDA, pero cuando se da cuenta de que él es el blanco y que su familia corre peligro, toma junto a “Neytiri” la difícil decisión de huir de su tierra con su familia y buscar asilo en las islas oceánicas distantes de “Pandora”.
Así, los “Sully” llegan al hogar del clan “Metkayina”, liderado por “Ronal” (Kate Winslet) y “Tonowari” (Cliff Curtis). Recibiendo a sus invitados a regañadientes, “Ronal” y “Tonowari” incitan a sus hijos “Tsireya” (Bailey Bass) y “Aonung” (Filip Geljo) a que ayuden a los hijos de los “Sully” a adaptarse a las costumbres y tradiciones del clan marino.
La huida de la familia, sin embargo, no hace más que activar una cacería feroz de “Jake” por parte de las fuerzas de la RDA. Arrasando aldea tras aldea, el enemigo se dispone a dar con los “Sully” en una batalla naval épica y memorable.
La familia y la comunidad son elementos centrales de “Avatar: El Camino del Agua”, pero el nuevo film también aborda otro tema importante para James Cameron: la gestión ambiental. La importancia de la conservación y la conexión con el mundo natural son temáticas que están presentes en el film a través de su trama.
La película cuenta, además, con impactantes escenas que muestran la vibrante bioluminiscencia y belleza del paisaje acuático de “Pandora”. Las especies y los hábitats creados para el film comparten numerosas cualidades con especies y hábitats del mundo real, inspirando a la audiencia a valorar y proteger las maravillas de nuestro propio mundo oceánico, vital para la existencia de todas las formas de vida en la Tierra. “El ethos de ‘Avatar’ consiste en que todos estamos conectados entre nosotros y con nuestro Planeta; por lo tanto, es responsabilidad de todos impactar positivamente en las personas y en el mundo que nos rodea”, comenta Landau.
Alineado con el espíritu de “Avatar: El Camino del Agua”de velar por un mundo en equilibrio, y en el marco del estreno de la película, Disney y Avatar unen fuerzas a través de la campaña global «Mantengamos nuestros océanos increíbles» para apoyar el trabajo de The Nature Conservancy. De esta forma, la compañía busca dar visibilidad y proteger a 10 de las más asombrosas especies animales y vegetales de nuestros océanos, conectados con la belleza de “Pandora”.
Hasta el 31 de diciembre de 2022, las personas que accedan al sitio www.avatar.com/keepouroceansamazing/latam podrán crear su propia criatura oceánica inspirada en “Avatar”, que transporta a las maravillas del arrecife. Por cada criatura creada en el Océano Virtual de Pandora, Disney donará 5 dólares a The Nature Conservancy, hasta alcanzar 1 millón de dólares, para que logren su objetivo global de proteger el 10% del océano para el año 2030.
