“El Niño y La Garza”, la más reciente película del director Hayao Miyazaki –ganador del Oscar por “El viaje de Chihiro”– la cual ha sido nominada a los premios de La Academia de Hollywood como mejor filme animado, compitiendo entre otras, con “Spider-Man: Across the spider-verse”, es un viaje reflexivo sobre el duelo y la madurez emocional cuyas metáforas visuales son sumamente hermosas, sin embargo, no es un filme para todos, siento que es muy de nicho.
Si eres un fiel seguidor de Miyazaki y la narrativa de sus historias, este filme seguramente te va a encantar, pero si eres un espectador como yo, quien no conoce su obra y que solo vio la cinta porque es parte de la competencia por el Oscar, te diré que me pareció monótona, pasa mucho tiempo para que sucedan cosas interesantes y en momentos es confusa la trama, porque no se profundiza sobre quién es la “Garza” y qué es lo que realmente quiere de “Mahito”, el protagonista.
En un comunicado de prensa, se ha destacado que “El Niño Y La Garza” ha sido todo un éxito internacional, recaudando más de 120 millones de dólares a nivel mundial, convirtiéndose en la película número uno en Estados Unidos en su estreno en diciembre pasado, la primera película de anime en llegar a este puesto y la primera película de Hayao Miyazaki en llegar al Top 1 en su estreno.
Y no es para menos, Miyazaki es toda una eminencia en el mundo de la animación, cada cuadro de “El Niño y La Garza” es una belleza, pero como lo repito, en varios momentos el filme se vuelve aburrido. “Mahito” es un adolescente que ha perdido a su madre en un bombardeo, por si fuera poco, recibe el duro golpe de que su tía, hermana de su mamá, ahora es la nueva pareja de su padre y tienen que viajar a otro lugar para emprender una nueva vida.
Con el duelo a cuestas, “Mahito” atraviesa por un proceso de madurez apresurado para su edad, por lo que llega a un momento de depresión, hasta que se encuentra con la “Garza”, quien lo llevará a un viaje surreal para conectar con el mismo y con las huellas que dejó su madre en el pasado, a manera de hacer catarsis y recuperar sus ganas de estar en paz consigo mismo.
El mensaje es excepcional, quién no quisiera regresar el tiempo y volver a encontrarse con los seres queridos que se han ido, la cinta es un puente mágico que te motiva a repensar qué le dirías a alguien que ya no está contigo, el problema es el ritmo, que avanza lentamente y si te despistas, te pierdes en la trama.