La larga batalla para liberar a Britney Spears

TEXTO DE GIN ARENAS

DISEÑO DE IMÁGENES DE DANIEL LÓPEZ

El 14 de julio del 2021, tras 13 años bajo una tutela, la Corte Suprema del Condado de Los Ángeles dio a Britney Spears su primera dosis de autonomía en más de una década al aceptar que pudiera contratar a un abogado de su propia elección.

Britney, quien fue puesta bajo una tutela en 2008 tras una serie de problemas de salud mental y de adicciones, celebró esta decisión en su cuenta de Instagram donde por primera vez habló del movimiento #FreeBritney que durante años ha pugnado por la terminación de la tutela.

Acompañado de un video donde se puede ver a la cantante haciendo piruetas y andando a caballo, Britney agradeció a sus fans por darle la fortaleza para alzar la voz en contra de lo que ella misma ha llamado abusos.

“Siento gratitud y me siento bendecida. Muchas gracias a mis fans por su apoyo. No tienen idea lo que significa ser apoyada por fans tan grandiosos. Dios los bendiga a todos”.

Su nuevo abogado Matthew Rosengart, al salir de la audiencia en la Corte, cuestionó ante la prensa la legalidad de la tutela de origen e hizo un llamado público al padre de Britney, Jamie Spears, para que se retire de la tutela voluntariamente “si es que ama a su hija”.

Esta primera victoria surge tras años de silencio por parte de la cantante, su familia y sus allegados sobre su situación legal. Así como una fuerte campaña en internet por parte de sus fans que tiene antecedentes desde 2009.

El caso de Britney Spears ha puesto sobre la mesa y en la mira de todos, la violencia mediática contra las mujeres y el acoso de los paparazzis. En Estados Unidos, ha llevado la atención del público y de los políticos a la figura de la tutela (llamada interdicción en México) y la necesidad de acotarla para evitar abusos por parte de los tutores.

Recientemente Whoopi Goldberg, conductora del programa The View, llamó este caso como el único tema donde los estadounidenses están de acuerdo. Y eso no es cualquier cosa en un país profundamente dividido casi en todos los asuntos relevantes para la vida pública.

Britney, la tragedia de un ídolo pop

Britney Spears es una figura casi mítica que nos ha acompañado en la cultura popular desde 1998 cuando saltó meteóricamente a la fama con el éxito de su sencillo “…Baby One More Time”, en el que vestida de colegiala, cantaba sobre su soledad y sufrimiento tras terminar una relación.

Desde el primer momento, Britney se convirtió en el perfecto arquetipo de la adolescente. Una sutil e inocente sensualidad la acompañaban (que viéndolo en retrospectiva una se pregunta en qué momento fue considerado apropiado que una niña de 17 años posara en ropa interior para Rolling Stone), una sonrisa auténtica y contagiosa, una personalidad sencilla y carismática, una voz melodiosa y una forma de bailar impresionante, se ganaron el corazón de millones de personas alrededor del mundo.

Hablar de los logros de su carrera pudiera resultar redundante (porque It´s Britney, Bitch) pero es de suma relevancia que la gente tenga claro quién es Britney Spears. Innumerables premios, entre ellos un Grammy, millones de álbumes vendidos en todo el mundo, canciones que son clásicos en la cultura pop, giras totalmente agotadas, una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y un álbum “Blackout”, considerado por los críticos musicales como el mejor de su carrera, que definió el sonido de la música pop durante años y que fue puerta de entrada para proyectos como el de Lady Gaga; son sólo algunos de sus logros y contribuciones a la cultura popular.

Sin embargo, todo esto pareció quedar en segundo plano tras sus muy publicitados problemas personales en 2007 y 2008. Su divorcio y perder la custodia de sus hijos la llevó a una espiral autodestructiva agravada por el consumo de drogas y el incesante acoso de los medios. (Más tarde su madre, Lynne Spears, dijo en su libro de memorias que creía que Britney sufría de depresión post parto).

En la mente de todos han quedado grabadas las imágenes de Britney Spears rapándose con una sonrisa casi maniática y atacando con una infame sombrilla verde al auto de un paparazzi con el rostro desencajado por la ira.

La imagen de Britney como ídolo perfecto e inalcanzable quedó fracturada. Su reputación fue masacrada (no hay otra forma de decirlo) en medios de comunicación, revistas y blogs de chismes. Era una mala madre, una drogadicta, una tonta, estaba loca, estaba gorda… y un sin fin de calificativos le fueron otorgados. Algo que hoy consideraríamos impensable.

Son inolvidables imágenes de Britney Spears llorando y suplicando a los paparazzis que la dejen en paz. Así como el video, tomado desde un helicóptero, de una horda de fotógrafos rodeando su residencia cuando ella tuvo que ser trasladada de emergencia a un hospital (era tal la cantidad de fotógrafos que la ambulancia no podía arrancar).

Es en medio de todo ese caos que su padre, Jamie Spears, solicitó a la Corte de California que le otorgaran una tutela temporal sobre su hija. La cual le fue concedida en 2008 sobre sus finanzas y sobre su persona al considerar a Britney como alguien incapaz de cuidarse a sí misma. Esta tutela adquiriría el carácter de permanente más adelante. Así como así, Britney Spears fue despojada de sus derechos.

Ese mismo año, tras ser declarada una persona incapaz, Britney apareció en dos episodios de la serie “How I Met Your Mother”, lanzó su álbum “Circus” que fue número 1 en varios países y se embarcó en una gira mundial con la que dio casi 100 conciertos.

En los años siguientes, su carrera retomó su meteórico camino. Fue jueza en X Factor, lanzó tres álbumes más, emprendió dos giras mundiales, hizo una residencia de tres años en Las Vegas, se presentó en unos premios MTV, lanzó varias fragancias. Todo ello, a la par de criar a sus dos hijos. Algo que pareciera ser incompatible con una persona con una supuesta enfermedad mental tan severa que no puede cuidarse a sí misma.

En octubre del 2018, cuando su residencia en Las Vegas llegó a su fin, pronto se anunció el inicio de una nueva residencia ahora bajo el nombre de Domination (la anterior era Piece Of Me). Se hizo un magno evento en la ciudad del pecado para presentar este nuevo proyecto y casi de inmediato se iniciaron los ensayos. En las redes sociales de Britney Spears, se compartió una serie de videos donde se observa a la cantante practicar las nuevas coreografías junto a sus bailarines.

Pero todo esto tuvo un inesperado final el 4 de enero del 2019, cuando por medio de sus redes sociales, se anunció la cancelación de esta nueva residencia citando problemas de salud del padre de Britney Spears, quien había sido diagnosticado con cáncer de colon. Poco después, uno de sus co conservadores Andrew Wallet, renunció.

Así como así, Britney desapareció de las redes sociales por meses.

Su cuenta de Instagram, deleite de propios y extraños por los simpáticos videos de la vida diaria de la cantante, quedó en aparente abandono. Sin embargo, este silencio llegó a su fin en abril de ese mismo año cuando el podcast Britney´s Gram (conducido por dos dedicadas fans, Tess Barker y Barbara Grey) lanzó un episodio especial de emergencia donde dieron a conocer algo perturbador: una fuente confiable, que había trabajado como asistente legal en la tutela, les reveló que Britney estaba recluida en contra de su voluntad en una clínica. Esto abrió la caja de Pandora.

La tutela y #FreeBritney

Para los fans más dedicados de Britney Spears, la tutela siempre ha sido un objeto de desdén y de innumerables cuestionamientos. Y es que su caso es bastante peculiar pues esta figura legal normalmente se otorga cuando la persona tiene demencia, senilidad, se encuentra en estado de coma o tiene cualquier otra discapacidad cognitiva o enfermedad mental severa que le impiden hacerse cargo de sí mismo.

Britney no entra en esta descripción. Pues para cualquiera con un gramo de sentido común, una persona declarada incapaz no podría tener una carga de trabajo tan exigente. No podría colgarse del techo en sus conciertos, cantar rodeada de un aro de fuego, estar de gira por todo el mundo, cumplir con las largas y prolongadas jornadas que implican la grabación de un programa de televisión, dar cientos de conciertos durante años o grabar cuatro álbumes.

Britney Spears no puede gastar su dinero, casarse, votar, viajar o tener hijos sin el consentimiento de sus tutores y de la Corte. Tampoco puede usar un teléfono celular, el internet o sus redes sociales sin supervisión (aunque tras la audiencia del 14 de julio del 2021 ganó algo de libertad en este sentido).

Pese a que ha ganado notoriedad en los últimos tres años, oficialmente, el movimiento #FreeBritney nació en enero de 2009 en el sitio breatheheavy.com, un espacio dedicado a las noticias de la carrera y de la vida personal de Spears, propiedad de Jordan Miller.

Desde finales de 2008, Miller comenzó a criticar y a cuestionar fuertemente la tutela de Britney. Más tarde, en un fuerte post publicado el 9 de enero de 2009 cuando la tutela de Britney fue hecha permanente, Miller denunció que Britney había pedido su libertad, su dinero, su independencia y su acceso al mundo exterior. Además, sostuvo que había sido amenazada con perder todo contacto con sus hijos si no aceptaba hacer un tour.

No pasó mucho tiempo antes de que el equipo legal del padre de Britney, Jamie Spears, amenazara con acción legal al fan que en ese entonces tenía apenas 21 años. En entrevistas posteriores, Miller recordó que estaba lleno de miedo (de hecho cerró el sitio por algunos días).

Después, el movimiento fue tratado como una teoría conspirativa por años y casi desapareció del radar. Pero cada cierto tiempo en alguna página o en algún post de Facebook se cuestionaba la existencia de la tutela… después de todo ¿por qué alguien que en apariencia es un adulto funcional tiene los mismos derechos que un niño?

Comienza la verdadera batalla

Tras darse a conocer que Britney estaba internada en una clínica contra su voluntad, el movimiento #FreeBritney retomó fuerza y sus fans emprendieron una campaña en redes sociales para exigir el fin de la tutela. Casi de inmediato, su equipo emprendió una campaña en medios de comunicación en defensa de la tutela y para callar cualquier supuesto rumor negativo.

El 26 de abril del 2019, Britney fue dada de alta de la clínica. Un paparazzi tomó varias fotografías de la cantante saliendo del centro acompañada de su novio Sam Asghari. En ellas se le observa despeinada y con la mirada perdida.

En agosto de ese año, hubo un altercado físico entre uno de los hijos de Britney, Sean Preston, y Jamie Spears que llevó a su padre, Kevin Federline, a solicitar una orden de restricción en su contra para prohibirle ver a los pequeños.

Dos semanas más tarde, en septiembre, Jamie Spears renunció como tutor de la persona de Britney argumentando problemas de salud. En su lugar, la Corte nombró a Jodi Montgomery como tutora temporal de su persona. Sin embargo. Jamie continuó a cargo de las finanzas de su hija.

En agosto de 2020, casi un año después, el entonces abogado de Britney Spears, Samuel D. Ingham III presentó una petición a la Corte donde señaló que la cantante se oponía fuertemente a que su padre regresara como conservador de su persona, dijo que le tenía miedo y que no volvería a trabajar mientras su padre estuviera involucrado en la tutela. Además solicitó que una firma fiduciaria tomara el rol de conservador de sus finanzas.

Presentó mociones para quitar el sello que mantenía una secrecía de facto en todas las audiencias del caso y para permitir el ingreso de la prensa al tribunal. Lo cual le fue conseguido pese a la reportada oposición del equipo legal de Jamie Spears.

En noviembre del 2020, se aprobó que la firma Bessemer Trust asumiera el rol de co conservador de sus finanzas. Lo cual fue visto como una pequeña victoria para Britney Spears. Sin embargo, esta firma nunca asumió ese papel formalmente y se retiró de la tutela tras el explosivo testimonio de Britney el 23 de junio del 2021.

Es importante mencionar que en esta batalla legal contra la tutela, Britney se enfrenta a sí misma pues ella paga tanto por sus abogados y como por los de su padre.

Framing Britney Spears

El movimiento #FreeBritney adquirió relevancia internacional cuando el diario The New York Times y la cadena televisiva FX estrenaron el documental “Framing Britney Spears” en febrero de este año. Este filme retrata el ascenso a la fama de la cantante, su carrera musical, sus problemas personales, la tutela y el movimiento.

El documental analiza el cruel, horripilante y sexista trato de la prensa que recibió Britney Spears durante toda su carrera y que se volvió especialmente virulento en 2007 y 2008, cuando experimentó de forma muy pública una crisis de salud mental.

Entrevistas donde le preguntaban si tiene novio (¡cuando tenía 10 años!), sobre sus pechos, sobre su virginidad, sobre su cuerpo. Hay un clip de una entrevista de 2003 con Diana Sawyer en la que la periodista la acusa de haber roto el corazón de Justin Timberlake (tras el término de su noviazgo) y lleva a Britney hasta las lágrimas.

Infames grabaciones de audio y video muestran a un Justin Timberlake despechado por su ruptura, alimentando el rumor de que Britney lo había engañado, jactándose de haber tenido relaciones sexuales con ella y exprimiendo el fin de su relación hasta el cansancio para impulsar su carrera. Volviéndola una villana en los medios y afectando su reputación.

Episodios lamentables donde el acoso de los paparazzis la hace llorar mientras suplica, entre lágrimas, que la dejen en paz. Revistas y programas cuestionando implacablemente sus capacidades como madre en 2006, publicaciones tildándola de puta y de tonta cuando salía de fiesta con Paris Hilton y Lindsay Lohan. Hasta programas de concursos burlándose de sus problemas de salud mental.

Sin embargo, una de las más interesantes miradas que nos ofrece este documental es sobre la relación de Britney Spears con su padre y su tutela. Entrevistas con allegados a la familia y a la cantante, nos revelan a un padre distante y siempre preocupado por el dinero (un ex ejecutivo de Jive Records recuerda a Jamie Spears diciendo que su hija iba a ser tan rica que le compraría un yate). Un padre que no estaba del todo presente en la vida de su hija hasta que, aconsejado por la empresaria Lou M. Taylor, pidió una tutela sobre su hija para hacerse cargo de su dinero y de su vida en 2008.

La recepción del público fue abrumadora. “We are sorry Britney” fue trending topic en Twitter. Varias celebridades, que anteriormente habían dado un mal trato a Spears, fueron inundados con reacciones negativas de los fans. Justin Timberlake se disculpó públicamente aunque sus comentarios no fueron bien recibidos y fueron calificados de oportunistas e hipócritas. Mientras que decenas de famosos expresaron públicamente su apoyo a Britney Spears.

Entrevistado por un paparazzi tras el estreno del documental, el novio de Britney, Sam Asghari llamó a Jamie Spears un total pendejo. Y dijo que no podía respetar a alguien que se interpusiera tanto en su relación.

El mundo tornó su mirada a la batalla legal en la que se encuentra la tutela de Britney Spears y el interés en su caso se incrementó exponencialmente. Hubo numerosos llamados públicos para que la jueza Brenda Penny, que lleva este caso, terminara la tutela de inmediato.

El equipo legal de Jamie Spears de inmediato emprendió una estrategia mediática para limpiar su imagen y la de la tutela. Su abogada, Vivian Thoreen, se paseó por varios programas de televisión defendiendo al padre de Britney y asegurando que él sólo tenía el bienestar de su hija en mente.

En marzo, el abogado de Britney presentó una petición a la Corte para que Jodi Montgomery reemplazara de forma permanente a Jamie Spears como conservador de la persona. Asunto que aún no se resuelve de fondo.

La fecha marcada en el calendario para los fans de Britney y los interesados en su caso era el 23 de junio, en la que Britney hablaría por primera vez en la Corte durante una audiencia pública y abierta a los medios de comunicación. Un día antes, el diario The New York Times publicó un trabajo de investigación para el cual obtuvieron documentos confidenciales donde señalaron que la cantante había tratado durante años terminar con la tutela.

Fue la primera vez que un medio de comunicación tuvo acceso a documentos confidenciales, sellados por la Corte debido a la naturaleza privada del caso (por información médica y otros datos).

Mientras que personas involucradas en la tutela sostenían públicamente que esta era un sistema que funcionaba sin problemas, el Times reveló que Britney se oponía seriamente y daba cuenta de restricciones leoninas a las que era sometida la cantante pues, según una declaración ante la Corte, controlaban con quién salía y hasta el color de los muebles de su cocina.

Según un informe presentado por un investigador de la Corte en 2016, Britney afirmó que la tutela se había convertido en una herramienta opresiva y de control en su contra. Además, expresó hartazgo al señalar que quienes la rodean se aprovechan de ella pues ella es la única que trabaja y se gana el dinero mientras todos los demás a su alrededor “están en su nómina”.

Este reportaje hizo un retrato oscuro de Jamie Spears, al citar una carta legal de un ama de llave que trabajó para la cantante en 2010 donde se acusa al padre de incurrir en abusos verbales, diatribas, comportamiento inapropiado. En 2014, el entonces abogado de Britney, Samuel D. Inghan III dijo a la Corte que la estrella pop sospechaba que su padre (alcohólico en recuperación y con una historia de excesos con la bebida) estaba bebiendo de nuevo.

El Times también reveló una serie de cuestiones con la administración de las finanzas de Britney que están a cargo de su padre desde 2008 que parecieran revelar la verdadera razón por las cuales la tutela sigue vigente y por la que Jamie Spears se niega a soltar las riendas. Además de tener un salario mensual de 16 mil dólares (así como 2 mil adicionales para la renta de una oficina), en 2011 recibió 2.95% de las ganancias de la gira Femme Fatale y desde 2014, se le concedió el 1.5% de los ingresos brutos de las actuaciones.

Adicionalmente, el entonces abogado de Britney presentó una queja formal en septiembre de 2020 en la que acusó a Jamie Spears de pagar honorarios excesivos por 300 mil dólares a la empresa de Lou M. Taylor (quien hasta noviembre de ese año se desempeñó como gerente de negocios de Spears). También se dio cuenta de una factura de 890 mil dólares por cuatro meses de trabajo incluyendo la estrategia para defender mediáticamente a la tutela.

Este incendiario reportaje publicado por el New York Times dio tono a la audiencia del 23 de junio de 2021. El testimonio de Britney fue toda una bomba.

I’m a slave for u

Las declaraciones que hizo Britney Spears aquel 23 de junio no sólo confirmaron los señalamientos que habían hecho los fans del movimiento #FreeBritney por años, sino que además revelaron cosas mucho peores.

Al afirmar que efectivamente fue internada en una clínica contra su voluntad a principios de 2019, reveló que la medicaron con litio (un poderoso fármaco usado para tratar la bipolaridad) lo que la hacía sentirse como si estuviera borracha y le impedía, siquiera, entablar una conversación.

En la clínica a donde la mandaron, acusó, no tenía privacidad y la observaban hasta cuando estaba desnuda. Aseguró que fue amenazada con no ver a sus hijos y a su novio, si no asistía a diversas reuniones y trabajos por 10 horas diarias los 7 días de la semana. Señaló que no era feliz, que estaba sumamente enojada, deprimida y lloraba todos los días debido al trauma que le causó su estancia en la clínica.

Acusó a su anterior terapeuta, el doctor Timothy Benson (quien murió en 2019), de abusarla con el tratamiento que le dio y llegó a decir que cuando se enteró de su muerte, se hincó y le dio gracias a Dios.

Uno de los detalles más perturbadores de su testimonio (y hubieron varios) era que las personas que controlaban su vida no le permitían acudir al médico a quitarse el DIU para tratar de tener otro hijo pues “su equipo” no quería que ella tuviera más hijos. Lo que puede constituirse como violencia obstétrica.

Expresó, además, su deseo de terminar con la tutela sin ser evaluada y de contratar a su propio abogado.

Una bola de nieve

Como moscas, comenzaron a caer los personajes involucrados en la tutela. Su manager durante años, Larry Rudolph renunció. Bessemer Trust renunció, su abogado asignado por la corte Samuel D. Ingham III renunció.

Su padre, en un claro intento de salvar su dilapidada imagen, pidió formalmente a la Corte investigar las acusaciones que hizo Britney durante su testimonio. Además recalcó en la petición, aunque no venía al caso, que los malos tratos denunciados por la cantante ocurrieron cuando ya no era el conservador de su persona. Lo cual no es del todo cierto. Además, fue el conservador de su persona por 11 años… ¿nunca se dio cuenta de nada? Si todo estaba a cargo de él. Por otro lado, dijo que desde 2019 no tenía contacto con su hija, ni sabía nada de ella.

La conservadora temporal de la persona de Britney, Jodie Montgomery, hizo una petición formal a la Corte en la que solicitó que las finanzas de la cantante le paguen seguridad adicional ante las amenazas de muerte que ha recibido. Proporcionó una serie de mensajes de texto enviados por Britney Spears donde expresa su deseo de que Montgomery sea su tutora permanente.

Reveló también que Ingham renunció tras recibir una serie de amenazas de muerte. Además calificó de falsa la afirmación de Spears de que no sabía nada de su hija desde hace dos años al recordar que absolutamente todos los gastos personales de la cantante deben ser aprobados por él como tutor de sus finanzas.

Una pequeña victoria para Britney… y lo que sigue.

El pasado 14 de julio, la jueza Brenda Penny aprobó que Britney Spears pudiera contratar a su propio abogado por primera vez en los 13 años que ha durado la tutela. En la audiencia, la cantante volvió a dirigirse a la Corte y pidió, entre lágrimas según reportes, terminar con la tutela y expresó su deseo de denunciar a su padre por abuso de tutela (de hecho un reportaje publicado en The New Yorker co autoría de Ronan Farrow y Jia Tolentino, reveló que poco antes de la audiencia del 23 de junio, Britney llamó al 911 para reportarse a ella misma como víctima de abuso de tutela).

Dijo también que su padre agredió físicamente a uno de sus hijos, Sean Preston, y que se había presentado varias veces en su casa en estado de ebriedad.

Tanto el equipo médico como el nuevo representante legal, Matthew Rosengart, le pidieron a Jamie Spears que renunciara voluntariamente a la tutela al indicar que sería lo mejor para el bienestar de Britney.

Por medio de su abogada, Vivian Thoreen, Spears se negó a hacerlo. Además, según reportes, Thoreen dijo que las declaraciones de Britney eran producto de la histeria y que la cantante tenía problemas para recordar las cosas con claridad.

Esta audiencia continuará el lunes 19 de julio, donde se decidirá si se aprueba pagar por la seguridad de Jodi Montgomery. La siguiente audiencia será el 29 de septiembre en la que, hasta el momento, sólo se conoce que se resolverá si Montgomery se queda como tutora permanente de la persona de Spears.

Se espera que en los siguientes días, Matthew Rosengart solicite formalmente a la Corte la terminación de la tutela. Se especula que la estrategia legal de Rosengart sea cuestionar la legalidad de la tutela de origen para que Britney no deba ser evaluada nuevamente, tal y como ella lo ha expresado.

La larga batalla para liberar a Britney Spears aún no termina pero ya se comienza a ver una luz al final del túnel.

Otros detalles importantes del caso

*La empresa Bessemer Trust nunca pudo asumir su rol como co conservador de las finanzas de Britney Spears pues el entonces abogado de la cantante Samuel D. Ingham III nunca hizo el papeleo. Nadie más, a excepción de Jamie Spears, tiene conocimiento de la situación financiera y contable del patrimonio de Britney.

*Jamie Spears solicitó a la Corte que las finanzas de Britney cubrieran los honorarios de cuatro buffetes de abogados contratados en diferentes fechas durante el periodo que comprende de noviembre de 2019 a junio del 2021 por al menos 2.1 millones de dólares (de los cuales al menos medio millón es por las apariciones en medios de comunicación defendiendo la tutela y su imagen). Eso es aproximadamente lo que le ha costado a Britney que su padre se oponga a los cambios en la tutela.

*En el reportaje del New Yorker, se dio a conocer que al inicio de la tutela en 2008 su padre le dijo gorda y puta a Britney Spears. Así como de decirle que la haría bajar de peso.

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La Redacción

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En este blog Kike Esparza habla desde su experiencia, 12 años en el periodismo le han permitido adentrarse y disfrutar de tópicos como el cine, la música, la moda y la diversidad. Rosa Distrito es el espacio que disfrutamos todos.

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