J.A. Bayona tiene el gran don de hacer películas monumentales desde varias aristas, tanto en lo emocional, lo visual, como en lo enigmático, lo psicológico y lo profundo, no por nada “La sociedad de la nieve” es la película de la que todo el mundo habla por estos días. Es un drama crudo, honesto y sensible con momentos estrujantes donde el espectador sufre y vive lo que sienten los personajes. Hay náuseas, tensión, pero siempre con una estela de esperanza que permea durante todo el filme.
Si bien la historia de los sobreviviente de los Andes la conocemos todos, o tenemos una idea por lo que se ha desarrollado en torno a este trágico hecho de 1972 desde libros y películas, considero que es la primera ocasión en la que se le hace justicia a una historia tan tremenda donde el instinto de supervivencia prevalece en la gélida y desolada cordillera sudamericana.
El eco de la soledad que desarrolla la película es colosal y la elección de un reparto poco conocido para el resto de América y el mundo, le permite al espectador conectar más íntima y emocionalmente con los personajes, sin que haya un antecedente de haber visto a los intérpretes en otros papeles, porque esto crea una magia y una empatía genuinas.
Bayona, el director, declaró que para esta historia se buscó darle voz a los muertos, a quienes perecieron en la cordillera los días que estuvieron en mitad de la nada. Por eso es que Numa Turcatti es el hilo conductor de este filme, la voz narrante del suceso, este joven interpretado por Enzo Vogrincic, es la representación de quienes perdieron la vida en este fatídico accidente para homenajearlos.
Hay un interesante clímax en la trama, el que conocemos todos tras este accidente, el del acto de la antropofagia, es decir, consumir carne humana. Los personajes se cuestionan desde sus valores morales y sociales, así como desde su creencia religiosa el acceder a alimentarse de los cuerpos para poder sobrevivir. Y aunque no hay escenas meramente escatológicas, sí hay esta sensación nauseabunda que transmiten los personajes a los espectadores al momento de acceder a comer para poder sobrevivir, el instinto aflora ante las críticas condiciones y ante un momento cumbre y limite, el humano tiene que obedecer al impulso para subsistir.
Otro interesante punto es el desarrollo de una sociedad, un mecanismo organizado para la toma de decisiones y acciones, como cada persona ahí en mitad de la nada cumple una función para que no suceda la locura en la medida de lo posible y como cada uno se vuelve un punto de apoyo emocional para el otro. El hecho de afrontar una complicada y agotadora travesía lleva a cada uno de los involucrados a replantearse su vida, a mirar lo que ha hecho y lo que podría modificar si la vida se lo permite, cuestionamientos que todos nos hacemos en algún punto de nuestras vidas, aunque claro, no en estas situaciones críticas que afrontaron los 16 sobrevivientes de los Andes.
SINOPSIS
En 1972, el avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que transportaba a un equipo de rugby en un vuelo chárter hacia Chile se estrelló contra un glaciar en el corazón de los Andes. Solo 29 de los 45 pasajeros sobrevivieron al impacto y, en uno de los entornos más hostiles del mundo, se vieron forzados a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida. Al punto en el que solo 16 pudieron regresar a casa. La película de Bayona está basada en la novela de Pablo Vierci. Y en el elenco participan Enzo Vogrincic como Numa Turcatti, Matías Recalt como Roberto Canessa, Agustín Pardella como Nando Parrado y Esteban Bigliardi como Javier Methol.
