Hacía tiempo que no la pasaba tan bien en una sala de cine. “No hables con extraños” (Speak No Evil), es suspenso puro. El remake de “Gæsterne” (2022) no decepciona, pero sí ofrece un desenlace más alentador. La cinta original es mucho más aterradora.
“No hables con extraños” es una película estadounidense donde el suspenso y el terror psicológico tienen esta estética hollywoodense que la vuelve más comercial abarcando a más audiencias, pero para nada la perjudica, por el contrario, ofrece otro tono por demás interesante.
La trama es escrita y dirigida por James Watkins y protagonizada por James McAvoy, Mackenzie Davis y Scoot McNairy. Ofrece giros interesantes y situaciones que te mantendrán en tensión todo el tiempo, si sales con tortícolis es culpa de los creativos que desarrollaron un excelente trabajo.
Los personajes psicópatas le quedan a la perfección a James McAvoy. Está espléndido. Es un villano adorable, pues a pesar de que es siniestro, generas empatía con él porque es encantador, es seductor y cuando menos lo esperas, te tiene acorralado al igual que a sus víctimas. La adrenalina y el suspenso nunca desaparecen. Estarás a la expectativa siempre, si bien tiene un inicio un tanto lento, te vas enganchando en la historia a tal punto que sientes que estás dentro de ella.
Los niños actores además, son una joya, están súper entregados en sus personajes. Y el matrimonio víctima de las circunstancias, también genera una gama de sentimientos donde a veces odias a la pareja y en otros momentos los quieres ayudar. James Watkins ha hecho un gran trabajo.
Sinopsis
Cuando una familia americana es invitada a pasar el fin de semana en la idílica finca de una encantadora familia británica con la que entablaron amistad durante las vacaciones, lo que comienza como unas vacaciones de ensueño pronto se convierte en una pesadilla psicológica.