¿No les ha pasado que un día se levantan y no se sienten atractivos? Y no necesariamente esto tiene que ver con que tengas una baja autoestima. Al contrario, en mi caso tengo autoestima y más de la que debería en ocasiones. Pero, simplemente siento que esto suele pasar ante la actualidad en la que estamos viviendo y por estándares de belleza que nos venden, que cada vez son más forzados y muy altos.
Yo soy consciente de que no puedo cambiar el color de mi piel, el color de mis ojos, mi raza… Que tampoco puedo forzar mis músculos a crear un cuerpo fitness con la idea vendida de que “lo hago por salud” cuando inconscientemente existe la necesidad de ser admirado como un objeto físico para generar contenido en mis redes sociales para generar likes.
Realmente no puedo cultivar mi mente con tanta basura de los medios publicitarios que solo llena vacíos temporalmente y te manipulan a querer encajar en moldes fríamente calculados para las masas.
¿En qué momento nos detendremos para apreciar la esencia única de cada persona? En conocer su valor real por lo que te aportan como seres humanos, en crear conexiones verdaderas y duraderas. Hay que abrir nuestros sentimientos, aceptar nuestras imperfecciones y abrazar nuestras diferencias para darnos el valor que merecemos como individuos.
Explorar la sensualidad a través del drag ha sido un momento importante, pero más allá del personaje, está el valor y la importancia que como persona tengo. Es genuino sentirse atractivo cuando respetas tu esencia y tu cuerpo.
¿Seguiremos esa tendencia tan arraigada a las expectativas y esperar a que llegue ese ser idealizado en nuestra mente? O ¿Seguiremos rumbo a la decadencia? ¿Nos daremos cuenta antes de que sea demasiado tarde?
