Se han hecho excelentes musicales en cine cuya idea original proviene del cine, por ejemplo “Chicago”, que hasta premios Oscar se llevó, pero luego hay otras propuestas como la de “Cats” que dividen opiniones.
Traducir puestas en escenas al lenguaje cinematográfico no debe ser nada sencillo, pero cuando tienes a un director como Tom Hooper y una obra maestra como la de Andrew Lloyd Webber, sin duda piensas en un éxito arrollador, sin embargo, en el desarrollo, otros obstáculos surgen.
El principal problema de “Cats” son sus recursos técnicos, el CGI que utiliza la producción para vestir a sus protagonistas de gatos se ve anticuado y opaco, si bien los actores están maquillados, no acabas de entender la intención de usar esta herramienta que los hace muy irreales, es bastante kitch (de mal gusto), pero tampoco puedes dejar de ver a los humanos en su halo gatuno.
Es inverosímil también que aunque están desnudos la mayoría –porque son gatos– ninguno tiene genitales y vaya que Jason Derulo de lo que más puede presumir es de las bondades que le dieron sus padres. Obviamente no es cine para adultos, pero resulta una anécdota graciosa que todos estén lisos de la cintura para abajo.
La trama es la que todos sabemos, o quienes hemos visto la historia en teatro, los gatos jélicos se reúnen una noche para decidir cuál de ellos ascenderá, es decir, renacerá. “Gatusalém” (Judi Dench) es quien determina quién es el elegido, antes cada uno de los seleccionados tiene que dar sus razones del porqué deberían ser escogidos.
Aunque la película carece de una trama consistente, porque en realidad se trata de cantar y bailar, porque vamos, en teatro el espectador tiene otro ejercicio de percepción que en el cine, el desarrollo es muy divertido y entretenido, esto debido al carisma que tienen en pantalla actores como Rebel Wilson, James Corden y Jason Derulo, incluso uno de los que más sobresale es el gato mágico “Mr. Mistoffelees” (Laurie Davidson), para mi gusto de los más destacados en su interpretación gatuna.
Taylor Swift tiene uno de los números más espectaculares en la trama como una gatita perversa –“Bombalurina”– quien le ayuda al villano “Macavity” (Idris Elba), que de todo el reparto es el más desaprovechado, es un gato ruin que no aporta mucho y al que se le vence muy fácilmente. Jennifer Hudson como “Grizabella” no decepciona, hace uno de los personajes más icónicos del teatro musical y cumple muy bien.
La bailarina Francesca Hayward es «Victoria», el personaje que es el hilo conductor que nos lleva a conocer la historia de los gatos jélicos, un recurso bien aprovechado que le da un toque más estético a la cinta y en ese sentido, el diseño de arte está muy lindo, hace una referencia a las los suburbios de las grandes metrópolis.
La cinta no es lo mejor que hay en las historias musicales del cine que existen, pero su mal gusto en la creación de su estética felina nos hará engancharnos para apreciar otras cuestiones como el carisma de sus actores y las canciones que han hecho historia en el teatro, incluso las nuevas como «Beautiuful Ghosts» que podría ganarse una nominación como mejor canción en los próximos Oscar.