5 MINUTOS DE FAMA: Martín Navarro

Hace 24 años, Martín Navarro Vázquez comenzó su andar en el periodismo deportivo. Entre periódicos y las frecuencias de AM y FM en la radio, ha compartido la experiencia de ser reportero, faceta con la que soñaba de niño y que después lo ha llevado a coberturas importantes desde lo local a lo internacional.

Originario del barrio de San Andrés, Martín se ha convertido en una referencia para muchos reporteros que encuentran en él una escuela en la que hay que aprender a cómo sobrellevar las diversas aristas del periodismo deportivo.

Medios como Siglo XXI y El Occidental lo nutrieron en la escritura y Radiorama y Radio Metrópoli le han abierto camino en los micrófonos para relatar partidos y ver el nacimiento de estrellas en el deporte nacional.

Aunque el futbol y el box han sido temas cotidianos a lo largo de su trayectoria, Martín no quita el dedo del renglón cuando es momento de impulsar otros deportes: “Me enseñaron a ser así y nunca me encasillé”.

Actualmente, Martín Navarro participa en tres programas radiofónicos, en “Música, futbol y buena onda” junto a Katia Plascencia Muciño en la Buena Onda desde hace 20 años, “Tiempo extra” con Manuel Trujillo Soriano, desde año 2000 y cada domingo con “Red Deportiva” a través de Radio Metrópoli.

PD: Gracias Martín por tu tiempo y amabilidad.

¿Cuál fue tu primer acercamiento a los medios de comunicación?

Estudié en la Universidad Guadalajara Lamar y con un grupo de compañeros y un maestro formamos el proyecto Carrier 105, jugamos a que era un medio de comunicación y tener credenciales de prensa. Quisimos hacer esto más serio y junto a Mario Valdez, Raymundo González y Leo García Cobos (EPD), tuvimos la intención de ir al Estadio Jalisco con estas credenciales y nos dieron el pase. Ahí empezó todo, yo tenía 20 años y estaba en segundo cuatrimestre de la carrera. Así llegamos al palco de prensa, en ese tiempo estaban Emilio Fernando Alonso, Jaime García Elías y Enrique “Perro” Bermúdez, no lo podíamos creer, era algo soñado para los que íbamos como estudiantes tratando de aprender, era marzo de 1995.

¿Cómo surge tu afición a los deportes?

Mi tío, Gregorio Vázquez, quien es como mi padre, desde que yo era muy chico me llevó al estadio, él tenía contacto con Selección Jalisco, de donde salieron varios jugadores hacia el profesionalismo, a mí me encantaba el futbol, pero como no fui bueno para eso, me atrapó la radio. Yo dormía con una grabadora de las de antes, escuchaba las transmisiones de futbol, escuchaba Canal 58 y programas de Radio Metrópoli y Radio W. Para mí era un sueño, no tanto el jugar futbol, sino ser integrante de un medio de comunicación, ser reportero, locutor o cronista, soñaba con eso. Crecí con la radio y ahora vivo de la radio. En mi familia nadie estaba relacionado a los medios, yo era muy callado, quien me conoce se sorprende que yo esté hablando en la radio.

¿Cómo fueron tus primeras coberturas estando en Radiorama?

Fue algo muy padre. Yo era como el nuevo juguete de Radiorama en deportes, en aquel entonces solo estábamos Jerónimo y yo, él era el jefe y yo reportero. Me tocó cubrir varios partidos de la Selección Mexicana previo al Mundial de 1998 y la final de Celaya-Necaxa, fue mi primera final porque yo tenía muy poco trabajando, yo seguía estudiando. Creo que a muchos les gustó mi trabajo, estaban esperando a que terminara la escuela para contratarme, así llegué a Siglo XXI, a la semana que salí de la escuela comencé a trabajar ahí.

¿Cómo cambió tu perspectiva de lo que significaba ser reportero en tus primeras coberturas profesionales?

Mi inició quizá fue un tanto difícil porque no había casi ingresos económicos, estuve seis meses gratis en Radiorama y yo me preguntaba si esto valdría o no la pena, todo el esfuerzo que estaba haciendo. Empecé de lleno en el periódico y la radio y tampoco había grandes sueldos, me seguía preguntando si esto valía la pena y yo me decía que sí. Pero a la par encontraba buenas satisfacciones como hacer una buena nota, esas dificultades y esfuerzos compensaban lo demás para saber que esto vale la pena.

Siendo un reportero nuevo, ¿cómo era el ambiente con los periodistas ya consagrados de esa época?

Me tocó una generación un tanto difícil en ese tema, entre nosotros no había mucha unión –entre los nuevos– y veíamos que con los de arriba era más difícil, nos preguntábamos que qué estábamos haciendo, pero tuve la suerte de encontrar muchos amigos. Yo aprendí a que no hay que ser tan celosos de nuestra profesión, que puedes aprender de los demás, a saber pedir ayuda, yo les hablaba a algunos compañeros para que me orientaran en ciertas notas. Trabajé con Gilberto Ramos Camacho, quien fue mi jefe, también estuve con Héctor Huerta, Lupita Trewartha, con Raúl Frías o Jerónimo Camberos, todo eso fue muy valioso, de ellos aprendí que el esfuerzo es día a día, que no por hacer una buena nota al día siguiente ya te puedes relajar, que debes darle la misma atención a evento internacional que a algo local. En Notisistema empecé con coberturas internacionales como un mundial de futbol y al día siguiente había que ir al CODE, son contrastes, pero tienes que hacer el mismo esfuerzo en ambas notas.

¿Cómo influyó tu afición a un equipo o deportista con la neutralidad que deben tener las notas?

Yo era aficionado a un equipo y a partir de 1995 cuando empecé en esto me quité esa playera, dije que no quería influir con mi sentimentalismo de irle a un equipo y que eso fuera un factor para criticar, alabar o generar un odio deportivo. Decidí hacer borrón y cuenta nueva, enfocarme a eso. En los medios de comunicación sí hay quien se engancha y pone palabras muy fuertes cuando se trata de ‘su equipo contrario’ o cae en lo opuesto con alabanzas aunque no se merezcan.

¿Cuáles fueron esas pruebas de fuego en tus coberturas?

De las primeras fue un reportaje que me pidieron en Radiorama con El Hijo del Santo, fui a buscarlo y aunque me decían que él no daba entrevistas, yo conseguí esa nota en 1995, fue mi primer reportaje y salió muy bien. Después me mandaron a la final de Necaxa-Celaya al Estadio Azteca, yo seguí estudiando y estaba emocionado por estar en esa final haciendo reportes en vivo, fue algo soñado para mis inicios.

¿Cómo combinaste tu faceta de estudiante con la de reportero?

No desaproveché la oportunidad de estudiar comunicación, tenía esa hambre de estar en los medios, pero en mis últimos dos cuatrimestres ya estaba más de planta en la radio y sí me implicaba mucho tiempo, me salía de clases para ir a una rueda de prensa o llegaba tarde porque tenía que estar en la radio. Algunos maestros comprendían y otros no, pero al final lo logré, aunque en el último cuatrimestre reprobé materias por faltas y había maestros que no te ayudaban tan fácil.

Al estar ya en los medios, ¿te decepcionaste de algunas realidades del deporte, de cómo eran los deportistas en un ambiente laboral?

Las cosas han cambiado, en la actualidad sí hay muchos aspectos desagradables con algunos entrevistados, a veces llegas y te ven mal porque eres reportero, pero antes no era así, antes te abrían las puertas, te daban sus teléfonos, podías hablarles y no importaba si tenías mucha o poca experiencia.

De Siglo XXI te fuiste al periódico El Occidental, ¿cómo viviste esa transición?

Salí de Siglo XXI porque vi que había muchos problemas, Gilberto Ramos me había buscado para irme con él. Fue un ambiente totalmente distinto, podría decir que en El Occidental tenía más libertad, creo que eran más accesibles con los horarios, ahí aprendí y observé que sí había quien aplicaba eso del ‘chayote’, actitudes que no veía en Siglo XXI y aun así estaba muy a gusto, aprendí muchas cosas como el tener sensibilidad para conseguir una nota, tener tacto para no adelantarte a las cosas.

En deportes hay reporteros que destacan por tener las exclusivas, por tener un acercamiento casi personalizado con los deportistas, ¿esto qué implica?

Casi ahora dependes de que alguien te hable y te pase la información, pero antes no era así, tú la buscabas, tenías tu propia agenda, ahora ya casi no se usa. El jugador te daba su número de casa o del celular, los directivos te contestaban a cualquier hora y hasta en fines de semana, tú programabas tus secciones y reportajes. Ahora es muy complicado, ahora todos los reporteros se basan en una sola declaración que se da a 30 medios más.

¿Cuál han sido las coberturas que más te han marcado?

Fueron muchísimas, pero en el Mundial de Alemania el estar presente en una entrevista con la selección de Italia, con Alessandro del Piero, eso me marcó mucho, porque yo iba como reportero mexicano y te dabas cuenta que a veces en la Selección Mexicana te cerraban más las puertas que en otras selecciones. Cuando ibas a entrevistar a los jugadores italianos te daban un trato más amable, te daban lo que quisieras, libertad para hacer entrevistas. Estuve en la final de Francia-Italia y tuve la oportunidad de entrevistar a muchos aficionados de diversas partes del mundo, también tuve una entrevista con Julio César Chávez, al “Canelo” Álvarez cuando él tenía 15 años antes de debutar.

Como reportero te toca entrevistar a personalidades que van iniciando y cuando ya son más mediáticos es casi imposible entrevistarlos…

Me ha tocado ver crecer a varios deportistas con entrevistas y coberturas. A Saúl “Canelo” Álvarez lo entrevisté como amateur y todavía sigo ahí, también a Sergio “Checo” Pérez que lo conocí de niño, a Javier “Chicharito” Hernández lo entrevisté en una Copa Chivas, me decían que él era el hijo de Javier Hernández Gutiérrez “El Chícharo” y lo entrevisté sin saber lo que haría después, a Lorena Ochoa cuando ganaba torneos amateurs y llegó a ser la mejor del mundo. Sí ha habido casos que van creciendo y al paso de los años se convierten en verdaderas figuras, pero a mí me siguen atendiendo igual, sabemos que la fama mueve, pero no he sufrido con eso.

¿Por qué hay deportes que no logran tener tanta atención como el futbol?

Tengo programas diarios de futbol y el fin se semana incluyo otros deportes, la gente habla y pregunta que a qué hora hablaremos de Chivas, del Atlas. La misma audiencia te pide futbol, te lo exige por encima de otros deportes, aunque tú quieras hablar de otras cosas.

¿Cómo vives esos momentos en que la afición se convierte en el centro de atención por cuestiones de violencia?

Eso se ve mucho en las barras. Me ha tocado convivir con las porras y las barras y la gran diferencia es que una es familiar y la otra aleja a la familia. Actualmente en las barras puedes ver a delincuentes disfrazados de aficionados, eso es a nivel nacional. En Notisistema, en el año 2009, estábamos transmitiendo un clásico entre Chivas y América y fui a seguir a los del América, ya estaba Memo Ochoa como portero en Las Águilas y una persona de una porra de Chivas le aventó una botella a un seguidor del América, lo descalabró y lo persiguió, pasó junto a mi lado y al empezar el partido veo que una persona se brinca a querer golpear a Memo Ochoa y era el mismo tipo de la botella, eso fue un domingo y al miércoles siguiente el diario Cancha publicó que habían detenido a una persona por portación de droga y al ver la foto era el mismo tipo del estadio.

¿Crees que el reportero en su forma de expresarse puede ser causante de enaltecer a la barras, de picarle el orgullo al aficionado para que responda de una manera agresiva?

Claro que se pueden calentar los ánimos, cargarte de un solo lado. Si es alguien de mi grupo de amigos, sí procuro hacerle el comentario y hablar sobre cierta nota que dio y se entendió de tal forma. Pero en mi grupo de amigos es muy complicado que alguien se enganche de esa forma, pero en redes sociales y de manera particular sí hay quien directamente puede provocar a un aficionado.

¿Qué no te gusta del periodismo deportivo?

No me gusta cuando hay que ir a una funeraria, creo que es importantísimo respetar la privacidad y el silencio de los familiares, como reportero a veces caemos en eso por la misma exigencia que hay, el mismo medio muchas veces te pide hasta la foto del ataúd, que tengas la entrevista de la madre o el hermano de la persona que murió y eso puede incomodar, pero me ha tocado hacerlo. En la ética del periodismo deportivo se dice que cada quien es libre de hacer lo que quiera, a veces podemos estar de acuerdo o no con ciertas cosas. Desde que empecé nunca he recibido ni un peso para hablar bien de algún deportista o tema.

Se saben casos…

Yo he ido a viajes de gobierno, de clubes que te invitan a sus partidos o concentraciones, de box también he ido a Las Vegas y no por eso debes hablar bien, si hay cosas malas hay que decirlo, criticar cuando lo tienes que hacer. Yo siempre me he puesto esa línea, el que te pueden invitar a una cobertura de mayor peso, pero eso no quita que puedes criticar cuando las cosas no están bien.

Tus amigo o familiares que están fuera de los medios, ¿cómo perciben tu trabajo?

Lo ven como si el reportero estuviera en una vitrina, como si fuera un trabajo fuera de serie, para mí es un trabajo normal, pero hay gente que lo veo de otra manera. Te piden que los lleves a los juegos, que consigas fotos, boletos para los eventos, como si uno tuviera ese poder a la mano, esto es un trabajo como todos, con horarios, exigencias. A veces nos ven como si fuéramos superiores.

¿Cómo te consideras como reportero?

Creo que soy muy o demasiado positivo, me dicen que soy muy ingenuo en ciertas cosas, pero siempre le doy el beneficio de la duda a cualquier equipo o deportista. Me gusta mucho la honestidad y quiero pensar que los demás son iguales, que el deporte es limpio, trato de ser optimista y me aferro a esa situación. Me han dicho que el box está vendido, pero yo nunca lo he visto y eso que he tenido muchas coberturas, también que los partidos de futbol ya están arreglados, pero no conozco un caso en Guadalajara o México en el que yo haya sido testigo o que alguien me diga que lo vio directamente.

¿Sientes que hay generaciones marcadas en los reporteros actuales?

Yo me siento pertenecido a su generación. Me traslado a mi tiempo y me hubiera encantado tener una generación así en la que todos se echan la mano, en donde si algún reportero no pudo acudir a un evento te pasan información, si alguien no sabe de box alguien te orienta, se dejan ayudar y comparten lo que saben. No hay celos, es una generación muy padre, hay varios chavos que hacen bien su trabajo.

¿Cuáles sacrificios personales has hecho por estar en este trabajo?

A veces tu familia se enoja porque hay cambio de planes de último momento, porque salió una cobertura, tengo que ir y ni modo, a veces descuidas el tema familiar por el trabajo. Mis hijos ya lo han entendido.

¿Por qué es importante el periodismo deportivo?

Es parte del relax ante las situaciones complicadas que vivimos actualmente. Recuerdo las explosiones del 22 de abril y yo me preguntaba por qué había un juego de futbol en ese momento, me era increíble que hicieran un partido de homenaje, pero ese juego se llenó. Vino Hugo Sánchez, que en ese momento era la gran figura y como aficionado entendí que a veces el deporte aligera un poquito el malestar, la tristeza o enojo que podamos tener en ciertos aspectos en nuestra vida. Hay gente que va a la lucha libre y sale relajado porque mienta madres, gente que está presionada por el trabajo y al ir al futbol saca todo eso. Quizá hay gente que no tiene los recursos para ir a un estadio o eventos deportivos, pero escucha la radio, lee las notas en los periódicos y con eso se ayuda, tienen un acercamiento a lo que pasa.

¿Hasta cuándo seguirás en el periodismo?

Puedo decir que hasta que me muera, pero a veces hay situaciones que te decepcionan, cada vez hay más despidos en los medios de comunicación, cada vez se valora menos esta profesión, hay un desgaste personal. He tenido ofertas para salirme de reportero, me ofrecieron ser jefe de prensa de un boxeador en 2009, no quise y no me arrepiento, quizá hubiera tenido más ingreso de dinero, pero yo sigo disfrutando los programas y notas que tengo en la radio. Tengo ese gozo de querer seguir por años en esta profesión.

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Norma Gutiérrez

Desde 2009 soy reportera. Soy dramática por gusto propio y le doy vueltas hasta el cansancio a cada problema.

RosaDistrito

En este blog Kike Esparza habla desde su experiencia, 12 años en el periodismo le han permitido adentrarse y disfrutar de tópicos como el cine, la música, la moda y la diversidad. Rosa Distrito es el espacio que disfrutamos todos.

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