Luego de su participación en “MasterChef México”, Regina Logar ha comenzado un nuevo camino en su vida, dejó la escuela para dedicarse de lleno en la cocina en la Ciudad de México, su meta es adquirir toda la experiencia necesaria para forjarse como una excelente cocinera, que la credibilidad sea su carta de presentación.
Este próximo lunes 8 de julio, ofrecerá un workshop en Santo Mar en The Landmark, el cual incluye plato fuerte, postre y un meet & greet, la cita es de 10:00 de la mañana a 12:30 de la tarde, el cupo es limitado, para más información puede consultar su sitio oficial www.reginalogar.com.
En entrevista comparte cómo ha sido su proceso de evolución desde su participación en el programa hasta ahora. “Ha sido una locura, verme en la televisión ha sido muy difícil para mí, fue un cambio radical, nunca me imaginé que se iba a ver a sí, y la verdad es que hasta cierto punto lo dejé de ver (el programa). En cuanto acabó, me dije, ‘les haya gustado o no, y me hayan dicho lo que me hayan dicho, yo tengo mi camino súper claro y lo voy a seguir’. Me puse a trabajar en cocina, ya no regresé a la escuela, me puse a hacer trayectoria profesional y estoy trabajando en el Sud 777 del chef Edgar Núñez, que justo lo conocí en el programa”.
El plan de Regina es seguir desarrollándose hasta que llegue el momento en el que pueda poner su propio restaurante, mientras, está haciendo workshops como este que está por realizar en Guadalajara. “Esta es la primera fecha de una gira que estaremos haciendo por todo el país. Mucha gente me pedía que les diera clases, que les diera recetas de cocina, de hecho hicimos algunas clases abiertas que tuvieron mucho impacto y por eso decidimos hacerlas en otros lugares. Yo cociné en Santo Mar en enero, quedamos muy bien y cuando supimos que abrían en Guadalajara, decidimos comenzar con (los workshops) aquí”. De hecho en dos semanas después en el mismo inmueble, Regina estará haciendo una cena.
Los que se inscriban al workshop pueden tener la confianza de que no necesitan ser cocineros, pues se trata de aprender. “Pueden ser profesionales que seguramente también me van a enseñar a mí, pero también pueden ser aprendices, amateurs… una niña de 10 años que quiere aprender a cocinar o una abuelita que quiera prepararle algo a su nietos, no hay límite de edad ni de conocimientos necesarios”.
“Yo les voy a enseñar a hacer cosas que no van a aprender en una clase normal de cocina. Yo les quiero enseñar a hacer cosas distintas, donde puedan llegar a una comida y decir: ‘hice una tartaleta sucré y me tardé una hora’, lo que busco es envolverlos en el mundo de la cultura de la alta cocina y que se den cuenta que ésta no tiene que ser difícil o te diosa, sino que puede ser de bastante de provecho”. Después del workshop el plato fuerte estará enfocado en pescados y mariscos y el postre en técnicas francesas.
Regina comparte que en su nueva etapa siente más estrés porque la vida en la cocina es más diferente a lo que se piensa que cuando estás en la universidad, sin embargo se siente más plena. “Me siento yo, me estoy entregando al cien por ciento a mi carrera y a mí trabajo, soy feliz, mi turno es de 8 horas y hay días que voy 14, pero estoy contenta porque estoy haciendo lo que amo”.
Le interesa mucho desarrollarse en la alta cocina, “ahora estoy aprendiendo cocina mexicana vegetal que es lo que hacen en el Sud 777, pero lo que a mí me gustaría hacer siempre, que es lo que trato de hacer en los workshops y en las cenas, es la cocina mexicana contemporánea con técnicas internacionales nuevas, raras, novedosas y modernas, pero siempre honrando el producto local del país, pues tenemos un diversidad impresionante “, finaliza.
